Está certificado y catalogado como uno de los «Pueblos más Bonitos de España», junto a otros de la provincia como Vejer, Grazalema, Zahara y Castellar de la Frontera desde 2019. Y es que Setenil de las Bodegas cuenta con un entramado urbano muy singular y bello, un caserío blanco literalmente incrustado en el cañón del río Guadalporcún que ha diseñado este municipio que lo ha convertido en uno de los destinos turísticos favoritos de la Sierra de Cádiz. Además de pintoresco, su nombre está cargado de historia. Dicen que Setenil proviene del latín: septem nihil, que significa siete veces nada . Al parecer hace alusión a las veces que los cristianos quisieron conquistar la zona cuando estaba dominada por los musulmanes. Se añade el término de las Bodegas , haciendo honor a la tradición vinícola del pueblo. En sus zonas limítrofes había campos de cultivo de vid y cereales. Sin embargo, actualmente el pueblo, declarado Conjunto Histórico, no tiene bodegas ya que la filoxera – plaga que afecta a las vides- hizo que las vides desaparecieran . Se enmarca en la ruta de los Pueblos Blancos de la provincia gaditana y su singularidad radica en cómo la naturaleza ha trazado una estampa que no deja indiferente a ningún visitante por sus calles cuevas y una arquitectura única. Paralelas al río se encuentran las calles Cuevas del Sol y las Cuevas de la Sombra, Jabonería y Cabrerizas (que han sido escenarios de aventuras de bandoleros reales y de ficción), Calcetas, Calañas y Herrería, que según dicen es una de las calles más bonitas de Andalucía. El color en Setenil de las Bodegas también es importante ya que hace del blanco de sus fachadas y el ocre de la piedra sus señas de identidad. Y por objetos encontrados se sabe que tuvo habitantes hace más de 5.000 años. El lugar es cuanto menos curioso ya que pasear por sus calles- cuevas hace que el viajero desconecte del mundo real y pase a estar en un espacio casi de cuento en la que contemplar las maravillas que ha generado la geología a lo largo de los años, desde la Prehistoria. Las casas no han sido excavadas, sino que se aprovecharon las rocas para usarlas de pared. De hecho la más antigua , que aún se conserva, se encuentra en el barrio de San Benito, situada junto a la homónima ermita y data del siglo XVI . Además de pasear por el pueblo hay una serie de visitas que harán que se enriquezca la estancia en el lugar como la Plaza de Andalucía, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación y su mirador, el Torreón del Homenaje y los miradores El Lizón y de la Carretera. Entre las distinciones que tiene el pueblo destacan la Segunda Maravilla Rural de España (2016), la Capital del Turismo Rural 2019 o el Mejor destino secreto de Europa (2019). Para que el turista no pierda ningún detalle, hay diseñadas una serie de rutas que lo llevarán a conocer todo lo que envuelve a este bello pueblo de Andalucía.