La venta de un teléfono móvil de alta gama a través de un portal especializado y su pago al contado, 800 euros, ha permitido a la Policía de Mallorca descubrir un tráfico de billetes falsos de 100 euros y la detención de los que los introducían en el mercado. El fraude se descubrió cuando el vendedor intentó ingresar el dinero en el banco.
Según informa la Policía, los billetes falsos en Mallorca son, afortunadamente, un fenómeno infrecuente, algo que los investigadores atribuyen a la insularidad.
El método usualmente empleado por las organizaciones dedicadas a “colocarlos”, conocido como “de goteo”, consiste en ir desplegando personas con fajos de billetes falsificados en una localidad, en la que realizan numerosas compras de productos de pequeño valor, obteniendo como beneficio el dinero real recibido como cambio. Ese proceso, para que los autores puedan evitar la acción policial, implica que los sospechosos se muevan constantemente de ciudad en ciudad, algo problemático en una isla.
Los billetes intervenidos proceden de una serie elaborada en Bulgaria hace años; eran las primeras falsificaciones de euros de alta calidad conocidas, que dieron lugar a complejas investigaciones internacionales que llevaron al desmantelamiento de talleres clandestinos en ese país, si bien todavía quedan algunos ejemplares en circulación, como los intervenidos en esta ocasión.
Se trata de un delito castigado con penas que van desde los dos hasta los doce años de prisión dependiendo del papel desempeñado por el autor en el proceso de falsificación e introducción de los billetes. “Esta gravosa penalidad, --añade la Policía-- similar a la prevista en los códigos penales de todos los países del mundo, responde al grave riesgo para el sistema económico que suponen los billetes falsos, pues una introducción masiva de los mismos pondría en jaque la credibilidad del sistema monetario, y en el caso de una divisa de referencia como el euro, tendría graves repercusiones para la economía mundial. Por este motivo los acuerdos internacionales para la represión de este delito se remontan al siglo XIX, y todas las fuerzas policiales del mundo cuentan con expertos en la materia".