Con un 80% de participación en la fabricación global de paneles solares, China domina el sector energético renovable. Sin embargo, su acceso al mercado de Estados Unidos ha sido limitado durante más de una década debido a aranceles antidumping y restricciones comerciales. Solo el 1% de los paneles solares exportados por el país asiático tiene como destino el mercado estadounidense, un reflejo de las tensiones comerciales persistentes entre ambas naciones.
La llegada de Donald Trump al poder intensificó las barreras, ya que prometió nuevos aranceles que amenazan con restringir aún más las importaciones chinas de paneles solares. A pesar de esto, las empresas chinas han demostrado su capacidad de adaptación y diversificación, con lo que aseguran que su posición como líderes en la industria solar global permanezca intacta.
Frente a las restricciones impuestas por las políticas comerciales de Estados Unidos, las empresas chinas han implementado una estrategia que involucra el traslado de parte de su producción a países del sudeste asiático como Malasia, Tailandia, Camboya y Vietnam. Esta táctica permite eludir aranceles y mantener precios competitivos en el mercado estadounidense.
Un ejemplo destacado es Longi, uno de los mayores fabricantes de paneles solares del mundo, que ha establecido plantas en Malasia y Vietnam desde 2016. Estas instalaciones forman parte de una cadena de suministro diversificada, diseñada para mitigar el impacto de las medidas antidumping.
A pesar de estas maniobras, el Departamento de Comercio de Estados Unidos ha identificado prácticas de reexportación desde estos países, lo que ha llevado a la imposición de nuevos aranceles en 2023. En respuesta, China ha comenzado a explorar otras regiones como el Medio Oriente, la cual incluye países del Consejo de Cooperación del Golfo como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
Las restricciones comerciales han reducido significativamente la presencia de paneles solares chinos en Estados Unidos, pero no han afectado su dominio global. En 2023, China exportó un récord de 227 gigavatios (GW) de paneles solares, con lo que supero con creces la capacidad solar instalada de Estados Unidos.
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El costo de redirigir cadenas de suministro es alto, pero el acceso al mercado estadounidense puede triplicar los ingresos de las empresas, lo que justifica estas inversiones. Además, la energía solar en China continúa expandiéndose gracias a políticas como la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, que impulsa proyectos de infraestructura en Asia Central y África.
