México está mirando más allá de las amenazas de aranceles de la administración entrante de Donald Trump, apostando por un futuro brillante para el comercio mundial de mercancías sin importar las medidas que tome su vecino del norte y mayor socio comercial.
Mientras Donald Trump promete imponer gravámenes del 60 por ciento a los bienes importados de China y del 20 por ciento al resto del mundo, México realiza una importante inversión para duplicar con creces la capacidad de su principal puerto comercial, una muestra de confianza en que las importaciones y exportaciones aumentarán significativamente en los próximos años.
La ampliación de 55 mil millones de pesos del puerto de Manzanillo, gestionado por la Marina y situado en el estado occidental de Colima, en el océano Pacífico, lo situaría entre los 20 principales puertos de contenedores del mundo. Ello supondría un enorme salto desde su actual posición 53 en la última clasificación de Lloyd’s List y lo convertiría en el más activo de América Latina.
Con la finalización prevista para 2030, el puerto ampliado cubriría más de mil 800 hectáreas, en comparación con las 450 hectáreas actuales. Ese terreno adicional y más equipamiento permitirán duplicar con creces la capacidad anual, hasta los 10 millones de contenedores de 20 pies, según el almirante retirado Mario Alberto Gasque, director general de Asipona Manzanillo, la agencia de la Marina que gestiona las instalaciones del Puerto de Manzanillo..
Los volúmenes anuales a ese nivel situarían a Manzanillo al mismo nivel que el Puerto de Los Ángeles, la puerta de entrada más transitada de Estados Unidos para el comercio marítimo.
Entre los principales productos que recibe el puerto de más de 140 países figuran materiales para la industria automovilística, productos agrícolas y acero, dijo Gasque. El sector público financiará aproximadamente una cuarta parte de la inversión, mientras que el sector privado se hará cargo del resto.
El puerto ya ha recibido manifestaciones de interés por escrito de varias empresas privadas, entre ellas la mexicana Ferromex, una unidad ferroviaria del Grupo México Transportes, dijo César Sandoval, director de planificación de Asipona Manzanillo.
Sin embargo, los puertos se ven cada vez más envueltos en tensiones geopolíticas. EU y Canadá han expresado su preocupación por la posibilidad de que México se convierta en una puerta trasera de China hacia Norteamérica. Mientras que la consultora estadounidense Rhodium Group afirmó en un informe el mes pasado que la inversión directa china en México es seis veces superior a la que muestran las estadísticas oficiales.
Un asesor del equipo de transición de Trump incluso ha amenazado con imponer aranceles del 60 por ciento a los productos de cualquier lugar que se envíen a través de puertos chinos en toda América Latina, un desafío directo al nuevo puerto de propiedad china en Chancay, Perú, que fue inaugurado este mes por el presidente Xi Jinping. La amenaza también podría afectar a México: China opera varias concesiones portuarias desde Ensenada, en el norte de la costa de Baja California, hasta Lázaro Cárdenas y Veracruz, en el sur.
Pero la Presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, que visitará las instalaciones de Manzanillo el sábado, insiste en que su Gobierno tiene un plan para sustituir muchas de sus importaciones de China por productos fabricados localmente, tanto por empresas mexicanas como extranjeras. También se opone enérgicamente a las críticas de Estados Unidos y Canadá.
La idea de que China está utilizando a México como puerta trasera hacia EU “no es correcta”, dijo la presidenta el viernes durante su conferencia de prensa matutina. “Los automóviles que se fabrican en México, sea que se exporten a Estados Unidos o que se queden en México, tienen solamente un 7 por ciento de contenido de productos que vienen de China. En Estados Unidos es 9 por ciento”, añadió Sheinbaum.
Durante un recorrido organizado por la Marina en las instalaciones del puerto de Manzanillo, varios funcionarios de Asipona dijeron no estar preocupados de que las amenazas de Trump afecten los planes de expansión del puerto.
Aunque China es el principal país que mueve mercancías a través de Manzanillo, el puerto también recibe bienes de otros países asiáticos como Japón y Corea del Sur, según Julieta Juárez Ochoa, gerente de comercialización de las instalaciones. Además de mercancías procedentes de EU, Canadá, Australia y países latinoamericanos como Chile y Ecuador, añadió.
“Realmente no nos preocupa mucho porque conocemos el dinamismo que hay en los puertos mexicanos”, dijo Juárez sobre los aranceles con los que ha amenazado Trump. “Seguimos creciendo, seguimos buscando ser un puerto eficiente y dinámico y va a haber muchas opciones para México”.
A principios de este año, México impuso aranceles destinados a frenar el flujo de acero procedente de China, después de que Estados Unidos se quejara de que acababa en productos enviados al norte a través de la frontera, lo que socavaba la competencia leal. Los funcionarios de Sheinbaum también han estado hablando de cómo cerrar su propio desequilibrio comercial con China y reforzar los lazos con sus socios norteamericanos.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también ha dicho que a su gobierno le preocupa el comercio de México con China, en medio de una próxima revisión del tratado de libre comercio de América del Norte —revisado durante la primera administración de Trump— programada para 2026. Trudeau mantiene la esperanza de que los tres países puedan trabajar de forma constructiva en los próximos meses.
Por su parte, algunos líderes provinciales canadienses, incluidos los primeros ministros de Ontario y Alberta, sostienen que Canadá debería buscar un acuerdo comercial bilateral con EU ante una mayor apertura comercial de México con China. Pero hasta ahora ni Trudeau ni Chrystia Freeland, su viceprimera ministra que anteriormente dirigió las conversaciones comerciales continentales, han respaldado esa petición.
“Buscamos seguir avanzando sin que la situación geopolítica nos frene”, dijo Gasque. Su agencia quiere que los puertos mexicanos puedan “adecuarse a la situación política que exista en ese momento”.
La interdicción de drogas también está entre las prioridades de la administración entrante de Trump. Y el puerto de Manzanillo sigue trabajando en mejorar sus protocolos de seguridad para atraer a más clientes, sobre todo tras los compromisos adquiridos entre México y EU para reducir el tráfico.
“Hemos aumentado nuestra capacidad tecnológica para detectar sustancias ilícitas, incluyendo precursores químicos para la fabricación de drogas sintéticas como la metanfetamina y el fentanilo”, dijo el capitán Luis Martínez Cabrera, jefe de información y análisis de riesgo de la instalación.