Las líneas en el cuello son un tema recurrente en la dermatología estética, ya que muchas personas buscan entender por qué aparecen y cómo tratarlas. Expertos como dermatólogos y nutricionistas coinciden en que estas marcas no solo están relacionadas con la edad, sino también con factores como la postura, el cuidado de la piel y la alimentación.
En este artículo exploraremos qué las causa, cómo prevenirlas y qué hábitos pueden ayudarte a mantener una piel saludable y joven.
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Fabiana Suero Ramos es una dermatóloga reconocida, especializada en el cuidado de la piel y tratamientos estéticos. Según ella, las líneas en el cuello, conocidas como "anillos de Venus", pueden tener diferentes causas.
Las principales razones son la postura y el envejecimiento. “El uso excesivo de dispositivos móviles hace que pasemos mucho tiempo mirando hacia abajo, lo que contribuye a su formación”, señala la experta. Otros factores incluyen la genética y la disminución del colágeno, una proteína que da elasticidad y firmeza a la piel.
Además, la falta de hábitos positivos puede desencadenar en el deterioro de la piel. Fumar, consumir alimentos ultra procesados o no usar protector solar pueden acelerar este proceso. “El bloqueador solar debe aplicarse también en el cuello, no solo en el rostro”, recomienda Suero Ramos.
Aunque no representan un peligro médico, estas líneas pueden ser un signo de otros problemas estéticos o de postura. Por ejemplo, algunas personas con trastornos de tiroides notan mayor prominencia en esta zona debido a cambios en la textura de la piel.
“En la mayoría de los casos, no hay relación con enfermedades graves. Sin embargo, es importante corregir malos hábitos como la postura para evitar agravar el problema”, aclara la dermatóloga. El impacto suele ser más emocional, ya que afecta la percepción de una piel joven y saludable.
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El cuidado preventivo es clave para reducir las líneas en el cuello y mantener una piel firme. Además del uso de bloqueador solar, la experta recomienda tratamientos como ácido hialurónico, bótox o hilos tensores para recuperar la elasticidad perdida.
Entre las prácticas cotidianas, es fundamental mantener una postura correcta al usar dispositivos, hidratarse adecuadamente y evitar la exposición al sol sin protección. La hidratación tópica con cremas ricas en colágeno también puede ser una gran aliada en el cuidado de la piel.
La alimentación tiene un papel esencial en la salud de la piel. Según la nutricionista Pierina Papadopulos, el huevo es uno de los alimentos más completos para mejorar la elasticidad y prevenir arrugas. “El colágeno que aporta es clave para una piel más firme y joven”, indica.
Además, el huevo contiene antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que protegen contra los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro. Incorporar alimentos ricos en vitamina C, como cítricos y vegetales verdes, también es fundamental para estimular la producción de colágeno en el organismo.
