El precio de la luz en California ya era uno de los más altos de Estados Unidos. Lo inquietante es que sigue subiendo, aunque California sea la locomotora renovable del país. Dispuestas a buscar culpables, algunas compañías eléctricas han señalado a la creciente cantidad de californianos que tiene paneles solares en su tejado.
Contexto. California lidera la adopción de energía solar fotovoltaica en Estados Unidos. El año pasado, el 20% de su generación eléctrica provino de paneles solares. También es el estado que más ha subvencionado la instalación de módulos de autoconsumo, llegando incluso a regalarlos en el pasado.
Hoy en día hay tantos californianos con paneles solares en sus tejados que, muchas veces, la red eléctrica no puede aprovechar toda la energía generada. Con 47 GW de capacidad instalada, suficiente para alimentar a casi 14 millones de hogares, la producción solar supera la demanda en días soleados de primavera y, a menudo, se desperdicia. Esta sobreoferta provocada por la escasa flexibilidad de la red eléctrica llevó a que los precios de la electricidad fueran negativos en ciertos periodos, obligando al estado a reducir los incentivos que durante décadas impulsaron la instalación de paneles solares.
Ahora la tarifa de la luz ha subido. Y algunas compañías eléctricas argumentan que los usuarios de paneles solares son responsables de este incremento, ya que pagan menos en sus facturas, dejando a los demás clientes la mayor parte de la carga de costes fijos de la red eléctrica.
Este fenómeno se denomina «cost shift» y subraya que los que más tienen pagan menos a las compañías eléctricas porque generan parte de su propia energía. Como consecuencia, los usuarios que no pueden instalar paneles solares deben cubrir los costes fijos del sistema eléctrico (infraestructura, mantenimiento de la red, etc.), pagando tarifas más altas.
Por qué el reparto de los gastos no es equitativo. La factura de la luz está diseñada para recuperar tanto los gastos variables (electricidad consumida) como los gastos fijos (infraestructura y operación) de la red. Sin embargo, todos estos costes se calculan a su vez en función del consumo.
Puesto que los usuarios de paneles solares consumen menos, pagan menos en sus facturas en general. En cambio, los hogares sin paneles solares (a menudo con ingresos más bajos) terminan pagando más para cubrir los costes fijos que las compañías eléctricas no recuperan de los usuarios con energía solar.
Lo que las compañías eléctricas ocultan. Y no nos referimos a los beneficios más conocidos del autoconsumo, como la reducción de las emisiones de carbono, el alivio de la red durante los picos de demanda y el impulso de la transición energética, ya sea directamente (con la generación de energía renovable) o indirectamente (al hacer más atractivas las tecnologías de electrificación, como los coches eléctricos y las bombas de calor).
Lo que las compañías eléctricas obvian, según defensores de la fotovoltaica como Ahmad Faruqui, son las ineficiencias de la red eléctrica y de las propias compañías que comercializan la luz. Sobregasto, ejecutivos con sueldos desorbitados y falta de interés por promover la solución para la intermitencia de la energía solar fotovoltaica: los sistemas de almacenamiento en baterías. Las baterías pueden aliviar la red durante picos de demanda y prevenir apagones.
Hacer que el autoconsumo sea más accesible. El cost shift se agrava con la reducción de incentivos porque impide que las familias de ingresos medios adopten esta tecnología. Lo deseable sería que todo el mundo pudiera instalar paneles solares en los tejados, no ponerle trabas al autoconsumo.
Pero como no vivimos en un mundo ideal, la alternativa más urgente sería abordar los costes fijos de manera equitativa y mejorar la flexibilidad y eficiencia de la red sin desalentar la adopción de tecnologías limpias.
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La noticia
Ha subido el precio de la luz en California y las compañías eléctricas señalan a los tejados: demasiados paneles solares
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Xataka
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Matías S. Zavia
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