El asesinato de John F. Kennedy, el presidente número 35 de Estados Unidos, es uno de los eventos más impactantes en la historia contemporánea. A pesar de los 61 años que han transcurrido desde aquel 22 de noviembre de 1963, las dudas y teorías conspirativas sobre el magnicidio ocurrido en Dallas no han dejado de crecer.
Aquel día, Kennedy fue atacado mientras viajaba en un auto descapotable por Elm Street. A pesar de las versiones alternativas, la Comisión Warren concluyó que Lee Harvey Oswald sería el único responsable. Otras teorías sin corroborar apuntan a la CIA. Sin embargo, las interrogantes mantienen vivo el interés sobre este caso que marcó un antes y un después en la política mundial.
La cronología del 22 de noviembre de 1963 está bien documentada. Kennedy llegó al aeropuerto Love Field en Dallas para participar en una caravana destinada a recaudar fondos para su campaña de reelección. Alrededor de las 12:30, mientras el auto presidencial giraba en Elm Street, se escucharon tres disparos. Uno de ellos impactó fatalmente en la cabeza del presidente, otro hirió gravemente al gobernador de Texas, John Connally.
Tras el magnicidio, las autoridades de Estados Unidos arrestaron a Lee Harvey Oswald, señalado como el francotirador desde el sexto piso del depósito de libros Texas School. Su rifle Carcano, modelo 38, fue encontrado en el lugar. Pero Jack Ruby acabó con la vida de Oswald en un evento en vivo que intensificó las sospechas de encubrimiento.
En respuesta al impacto nacional e internacional del magnicidio, el entonces presidente Lyndon B. Johnson creó la Comisión Warren. Este organismo, tras analizar más de 3.000 pruebas y cientos de testimonios, concluyó que Oswald actuó en solitario y que no hubo conspiración. También atribuyó el asesinato de Oswald por parte de Ruby a un acto impulsivo, sin conexiones con tramas más amplias.
A pesar de estas afirmaciones, el informe no logró acallar las críticas. Muchas inconsistencias en la investigación alimentaron la percepción de que la verdad fue ocultada. Entre las principales controversias se encuentra la teoría de la "bala mágica", que sugiere una trayectoria improbable para justificar que un único proyectil hiriera a Kennedy y Connally.
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Una de las teorías más difundidas señala a la CIA como autora intelectual del magnicidio de John F. Kennedy. El fracaso de la invasión a Cuba en Bahía de Cochinos y la negativa de Kennedy a brindar apoyo militar directo habrían generado tensiones con la agencia. Según esta versión, altos mandos de la CIA organizaron el atentado para culpar a Cuba y justificar una intervención.
Otra hipótesis apunta a una venganza por parte de la mafia, descontenta con las acciones de Kennedy contra el crimen organizado. En esta teoría, tanto Oswald como Ruby habrían sido manipulados como piezas clave para llevar a cabo y encubrir el magnicidio. Algunos investigadores sostienen que Kennedy fue asesinado por órdenes de un grupo de banqueros influyentes. Poco antes de su muerte, el presidente habría firmado una orden ejecutiva que restaba poder a la Reserva Federal al permitir la emisión de dólares respaldados por plata. Esto habría amenazado los intereses de ciertos círculos financieros.