La inflación de México se desaceleró a principios de noviembre mientras la economía sigue perdiendo impulso, lo que da margen al banco central para recortar las tasas de interés por cuarta reunión consecutiva el próximo mes.
Datos oficiales publicados el viernes revelaron que los precios al consumidor aumentaron un 4.56 por ciento en la primera quincena de noviembre frente al mismo período del año anterior, por debajo de la mediana de las estimaciones de los analistas encuestados por Bloomberg de un 4.65 por ciento.
La cifra fue inferior al 4.83 por ciento registrado en el período de dos semanas anterior. Para subrayar la pérdida de impulso al final del tercer trimestre, el referente del PIB de septiembre cayó al 0.29 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, por debajo de la mediana del 0.45 por ciento de los economistas encuestados por Bloomberg.
El índice de inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como alimentos y combustible, se ralentizó hasta el 3.58 por ciento, frente al 3.74 por ciento anterior y por debajo de la mediana del 3.71 por ciento. La meta del banco central es que la inflación se sitúe en el 3 por ciento, más o menos un punto porcentual. Cuando se publicaron las cifras preliminares, los datos de crecimiento del tercer trimestre habían sido ligeramente mejores de lo previsto por los economistas.
“El buen dato de inflación aumenta la posibilidad de que Banxico recorte 50 puntos porcentuales en diciembre”, escribió Kimberley Sperrfechter, economista de mercados emergentes de Capital Economics, en una nota. “Nuestro caso base sigue siendo un recorte de 25 pb dada el fuerte registro de actividad económica en el 3T y la presión al alza de las tasas de interés de Estados Unidos”.
Los ajustes de precios implementados al final del verano convirtieron a la electricidad en el principal elemento que contribuyó a la inflación en este periodo de dos semanas. La continua desaceleración de los precios de los servicios también podría ser un factor importante para el banco central.
El banco central de México, conocido como Banxico, al votar a favor de recortar su tasa de interés por tercera vez consecutiva el mes pasado, expresó una preocupación cada vez mayor por el crecimiento, incluso cuando la inflación anual se ha mantenido por encima de la meta frente a costos de endeudamiento de dos dígitos. La ralentización general de la segunda mayor economía de América Latina ha llevado a analistas e inversionistas a pronosticar nuevos recortes, pero están divididos sobre hasta dónde están dispuestos a llegar los responsables políticos.
En su última reunión, los miembros de la junta de gobierno de Banxico, encabezados por la gobernadora Victoria Rodríguez, destacaron la desaceleración sostenida del componente subyacente, aunque el balance de riesgos para la trayectoria de la inflación seguía sesgado al alza. Enumeraron la volatilidad de los mercados financieros como uno de los principales riesgos globales.
“Con todo, seguimos creyendo que Banxico podrá aumentar el ritmo de recortes a 50 puntos básicos en su próxima reunión de diciembre, y reducir la tasa de referencia hacia 7.50 por ciento antes de fin de año 2025″, señaló Gabriel Casillas, jefe de economía para América Latina en Barclays Plc.
Es probable que el banco central proceda gradualmente, pero podría acelerar el ritmo de flexibilización si el peso mexicano deja de depreciarse frente al dólar estadounidense, escribió Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs & Co. LLC, en una nota.
El crecimiento económico de México podría enfrentar vientos en contra adicionales si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cumple su amenaza de imponer fuertes aranceles a los productos que México exporta a su vecino.