Imagínese usted el papelón de ser miembro del equipo de opinión sincronizada el día en el que Víctor de Aldama decide tirar de la manta. Trate de imaginar ese momento en el que la 'majorette' de turno debe rascar entre todo lo ocurrido en el día, para sobredimensionarlo, gritar «penitenciagite» y «esto sí que es grave». Sin sobreactuar casi. Lo malo es que lo peor que pase ese día sea que la entrevista que iba a dar David Broncano en su programa en diferido estuviese comprometida previamente con el programa de Pablo Motos y se anule. Que Broncano, en lugar de asumir que estas cosas a veces pasan (que lance la primera piedra el periodista al que nunca se le...
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