Es triste que un comisionista de tres al cuarto, un advenedizo sin oficio ni beneficio, encumbrado merced al contacto de su hermano escolta con un ministro, tenga más credibilidad que el presidente del Gobierno de España . Tan triste como inapelable. Se lo ha ganado a pulso el inquilino de la Moncloa acumulando mentira tras mentira en su largo historial de embustes. Además, la detallada declaración de Víctor de Aldama ante el juez resulta mucho más verosímil que la defensa enarbolada por los acusados, consistente en negarlo todo. Y ello por varios motivos. El primero ha quedado expuesto: son tantas las ocasiones en las que Sánchez ha faltado a su palabra, tantos y tan flagrantes sus 'cambios de opinión' respecto...
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