A estas alturas no sorprenderá ni a propios ni a extraños ver lo nuevo de Alejandro Guillán, artísticamente conocido como Baiuca , en las listas de los mejores discos de 2024. El artista gallego ya empieza a ser conocido más allá de los mentideros underground, y su tercer elepé 'Barullo' tiene los atributos necesarios para que su nombre sea recordado durante muchos años. Es un trabajo divertido, de su tiempo, una fusión de tradición y modernidad muy elaborada pero extremadamente bailable, una foliada electro-ancestral contra el estrés de un mundo pre-apocalíptico que sonará el próximo fin de semana en el festival sevillano Monkey Week . ¿Hay algún punto de partida conceptual para el enfoque de ese disco? Tenía ganas de crear música sin atarme a un concepto. Solo quería dejarme llevar por lo que me apeteciese hacer y cuando tenía varios temas ya sí que encontré que en común tenían un sonido más electrónico, con más bpms (beats por minuto), y que todo giraba en torno al baile. Creo que es su disco con más aroma de club, ¿está de acuerdo? ¿Quizá es fruto del crecimiento del proyecto en vivo? Nunca pienso los discos en relación al directo. Para mí son dos procesos diferentes. No me gusta atarme a crear algo pensando en cómo lo voy a tocar después. Ya buscaré la forma de cómo adaptarlo en una gira. Que sea un disco más de club es un proceso totalmente natural y creo que tiene que ver con que 'Embruxo', mi anterior LP, fuera un disco mucho más orgánico y conceptual. Ahora me apetecía hacer algo muy diferente. Creo que los cimientos de los temas se crearon en momentos muy diferentes durante varios años, y no en una suerte de sesiones creativas ad hoc, ¿verdad? ¿Cómo cree que afecta eso al tono, al espíritu del disco? Para mi los LPs son procesos que necesitan una maduración, darle tiempo a cada tema, que reposen, sentir que durante un periodo de tiempo los puedo disfrutar sin cansarme. Eso es fundamental para sentir que un tema tiene que formar parte de un disco o no. ¿Cómo fue el trabajo de co-producción de 'Barullo', y qué enseñanzas le ha aportado? 'Barullo' es un disco producido por mí, como todos los anteriores, pero sí que he querido contar con Sergio Pérez y Anxo Ferreira para hacer algunas sesiones para pulir el sonido y trabajar determinados aspectos que creía que podían hacer que los temas mejorasen. Estoy muy contento de haber trabajado con ellos porque admiro mucho su trabajo y con ambos ya había trabajado en otros momentos, sobre todo con Sergio, que es colaborador habitual. Por cierto, tiene que haber una historia curiosa detrás de la elección del título, ¿no es así? Todos los títulos de mis LPs y de sus canciones están compuestos por una única palabra. Siempre intento sintetizar ideas o cosas que me inspirar en los procesos de creación. La idea de Barullo parte de ese sentimiento de sentirte en un club o en una foliada disfrutando con mucha gente de estas canciones. En cuanto a las partes vocales entiendo que hay algunos samples de grabaciones antiguas, ¿verdad? ¿puede hablarnos de ellas? De siempre me gusta inspirarme en las recogidas, también en meterme en el estudio a grabar con gente que admiro, o a samplear voces que me atraen con fuerza para crear un nuevo tema, como es el caso por ejemplo de 'PAEQB', que contiene un sampler de Pandeiromus que cuando me puse a trabajar con él, me fascinó. ¿Cree que en un mundo cada vez más globalizado (y por tanto homogeneizado) surgirán cada vez más propuestas artísticas regionalistas, por así decirlo, como reacción? No lo sé. Ya hay muchas propuestas que están saliendo de muchos lugares y países. Y a la vez hay géneros cada vez más globales. Supongo que cada vez hay más de todo. Más público para cada estilo y para cada propuesta. ¿Cuáles han sido las últimas sorpresas que le han deparado sus indagaciones e investigaciones como «arqueólogo» musical? Disfruto los procesos de grabación, de poder conectar con otros artistas, conocer a gente que admiro, poder escucharlos en el estudio. Es de lo que más valoro de este disco. En el folklore gallego, ¿existe o ha existido un talibanismo purista al estilo del que ha habido en el flamenco? ¿Se ha topado con alguna crítica en ese sentido? No lo sé, si ha existido yo no he vivido eso. En Galicia la gente está muy abierta a que la tradición sirva de inspiración para generar otras músicas. Yo no hago música tradicional ni nunca he pretendido hacerla, pero en lugar de inspirarme en lo que se crea en la otra punta del mundo, tomo como referencia mis raíces. ¿Ha pensado en dar un salto cualitativo y cuantitativo en las presentaciones en vivo? Parece que es el momento… ¿no? Mi proyecto en directo ha evolucionado en estos años a cada vez ser un show más completo, complementando toda la parte electrónica y visual con músicos en directo, cada vez más, que van aportando para cada momento diferentes estímulos, trabajando sobre todo en esta gira todo el tema de la iluminación. ¿Cómo ve desde su posición -relativamente 'outsider'- los niveles de exposición en redes, las aspiraciones y los ritmos de «creación de contenidos» que el mainstream parece estar imponiendo en todos los estamentos de la música? No es cosa de la música. Todo se ha convertido en una competición por ver quién sube el vídeo más viral, aunque sea contando cómo te levantas, vas a tu trabajo como cualquiera y te acuestas. Y parece que si ese contenido tiene más de dos días ya es antiguo. La música es un negocio como otro cualquiera y la gente sigue las tendencias para conectar con el público.