Desde tiempos antiguos, las personas utilizan hierbas y plantas para aliviar problemas de la piel, mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmune y tratar diversas dolencias, aprovechando los beneficios de la naturaleza.
Entre la amplia variedad de plantas medicinales, existe una que se destaca por sus propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias, antioxidantes y digestivas, lo que la convierten en un gran aliado para la salud.
El aloe vera es una de las plantas más destacadas en la medicina tradicional herbolaria, conocida por sus múltiples aplicaciones terapéuticas. Esta planta ancestral se utiliza comúnmente por sus propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias, antioxidantes, antibacterianas y laxantes.
Sus hojas son la parte más utilizada, y cuando la planta tiene más de 3 años, estas contienen una mayor concentración de aminoácidos, vitaminas, minerales, enzimas y otros componentes esenciales que potencian sus beneficios terapéuticos.
La planta contiene dos sustancias clave utilizadas para fines medicinales y cosméticos: el gel transparente, que se emplea en productos de belleza y tratamientos para la piel, curar heridas; y el acíbar o látex amarillo, que se consume por vía oral para aliviar el estreñimiento.
El aloe vera es una planta rica en una amplia variedad de nutrientes esenciales, incluyendo vitaminas A, C, D y las del complejo B, así como minerales como magnesio, manganeso, calcio, hierro, cloro, fósforo, sodio y zinc.
Además, contiene siete de los nueve aminoácidos esenciales, entre los cuales se destacan la fenilalanina, leucina, lisina, metionina, isoleucina, treonina y valina.
Conocida como la planta de los mil usos, el aloe vera aporta los siguientes beneficios para la salud:
El aloe vera es una planta muy versátil que puede ser consumida de diversas formas. Algunas opciones para sumarla a la dieta y obtener todos sus beneficios son:
Antes de incluir el aloe vera en las recetas, es importante usar solo la pulpa fresca de la hoja. Para extraer la pulpa, se debe cortar una hoja de la planta y raspar suavemente la parte gelatinosa con un cuchillo.
La piel de la hoja de aloe vera y el látex amargo que se encuentra debajo de la piel no son comestibles y pueden causar malestar estomacal.