Científicos han identificado un subproducto químico, conocido como anión cloronitramida, en el agua potable tratada con cloramina, un método utilizado por millones de hogares en Estados Unidos. Este descubrimiento, publicado en la revista Science, destaca la necesidad de evaluar el impacto de esta sustancia en la salud pública.
El anión cloronitramida, encontrado en muestras de agua de siete estados, es un compuesto cuya toxicidad aún no ha sido determinada. Sin embargo, su similitud con otras moléculas dañinas ha encendido alarmas entre los investigadores, quienes instan a realizar más estudios para comprender sus posibles riesgos. Aproximadamente 113 millones de personas consumen agua tratada con cloramina en EE. UU., lo que subraya la relevancia de este hallazgo.
El anión cloronitramida es un subproducto químico que se forma durante el tratamiento del agua potable con cloramina, una sustancia desinfectante creada a partir de cloro y amoníaco. Este método, ampliamente utilizado en sistemas municipales, es preferido sobre el cloro debido a que genera menos subproductos regulados asociados con problemas como el cáncer de vejiga.
Aunque la existencia de este compuesto fue detectada hace 40 años, solo recientemente los avances en técnicas de análisis permitieron identificar su estructura molecular. Según Julian Fairey, autor principal del estudio y profesor asociado en la Universidad de Arkansas, esta identificación abre las puertas para evaluar su relevancia toxicológica en el agua potable.
Si bien no existen pruebas concluyentes sobre los efectos del anión cloronitramida en la salud, los expertos señalan que comparte características con moléculas tóxicas conocidas, lo que justifica un análisis exhaustivo. David Wahman, investigador de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), afirma que el compuesto "es reactivo y puede entrar en sistemas biológicos", un aspecto que incrementa las preocupaciones.
El estudio reveló la presencia de este químico en todas las muestras analizadas, lo que sugiere su omnipresencia en el agua tratada con cloramina. Algunos investigadores, como David Reckhow, profesor de la Universidad de Massachusetts, sostienen que esta molécula, debido a su tamaño y reactividad, podría interactuar con las células humanas, aumentando la probabilidad de riesgos desconocidos.
A medida que los estudios avanzan, los expertos sugieren medidas preventivas para reducir la exposición a los subproductos químicos del agua potable. Una opción práctica es el uso de filtros de carbón activo, presentes en dispositivos domésticos como purificadores de agua y refrigeradores, los cuales han demostrado ser efectivos para eliminar compuestos similares.
Además, muchas empresas de suministro de agua ofrecen información sobre el uso de cloramina en sus sistemas. Los consumidores interesados pueden consultar estas fuentes para entender mejor la calidad del agua en sus hogares y optar por soluciones que reduzcan posibles riesgos.