Un año más, ONU Turismo (anteriormente conocida como Organización Mundial del Turismo) ha vuelto apostar por lo rural, otorgándole a más de cincuenta villas el título de Best Tourism Villages 2024. El objetivo es la inclusión y el empoderamiento de las comunidades rurales «para proteger y valorar su rico patrimonio cultural, impulsando al mismo tiempo el desarrollo sostenible», tal y como señala el Secretario General de ONU Turismo, Zurab Pololikashvili.
En esta cuarta edición, se han presentado 260 candidaturas de todos los rincones del mundo, pero solo 55 han entrado en la lista del organismo internacional. Entre ellos, dos pueblos españoles han logrado formar parte mayor comunidad de destinos rurales del mundo.
El casco histórico de Aínsa está catalogado como Conjunto Histórico-Artístico y razones no le faltan. La Plaza Mayor es un buen punto de partida para explorar la villa, y desde allí nos moveremos por edificios históricos como la Colegiata de Santa María, que data del siglo XI.
Sobre un promontorio se alza el Castillo de Aínsa, una fortaleza de origen islámico desde donde podremos disfrutar de una espectacular panorámica del pueblo y la naturaleza que lo rodea. La Torre del Homenaje acoge el Eco Museo Centro de Visitantes, mientras que en la torre noreste se ubica la Oficina Comarcal de Turismo y en la torre sureste, el Espacio Geoparque de Sobrarbe-Pirineos.
El pueblo de Mura ha logrado conservar en la actualidad su esencia medieval. Pasear por su bellísimo casco antiguo significa hacer un viaje en el tiempo entre casas de piedra y calles empedradas. No podemos perdernos la iglesia románica de Sant Martí, que aparece por primera vez documentada en el año 1088. Por otro lado, también es un imprescindible la Casa Museo Puig de la Balma, una masía del siglo XII que acoge una extensa colección de utensilios antiguos.
El entorno natural que envuelve la localidad es otro de sus grandes atractivos. En la zona se extiende el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, que nos espera con lugares tan espectaculares como los picos de la Mola y el Montacau; bosques de encinas, pinos, robles y avellanos, y más de trescientas cuevas y simas, como la Cueva de Mura.