Matías Candeira (Madrid, 1984) confiesa que escribió Un dios con el estómago vacío (Almadía) en un momento de crisis vital.“Por un lado había una crisis de salud mental que tenía yo en ese momento, creo que tenía depresión y además una gran crisis con la escritura. Eso se traducía casi en un bloqueo físico, intentaba ponerme a escribir y se me nublaba la pantalla del ordenador, fue un bloqueo bastante fuerte”.Pero el autor decidió enfrentarse ello y comenzó a escribir. “Fue como un intento de recuperar ese espíritu de cuando yo empecé a escribir y sientes que lo puedes hacer todo, tienes una enorme libertad y te atreves con cualquier cosa. La premisa por la que empecé el libro fue que la única respuesta que me tengo que dar es a mí mismo”.Matías Candeira escribió un libro de cuentos que explora lo siniestro, lo cómico y lo fantástico con relatos que desafían al lector porque experimenta con las estructuras narrativas y la linealidad de los relatos.“Además, algunos personajes del libro están construidos desde esos temas relacionados con el bloqueo. Por ejemplo, hay uno que vive atrapado en un bucle y cuya existencia se basa en la repetición, otro que vive acosado por una especie de mosca y la forma de la prosa del texto imita un enjambre de moscas. Son personajes que están a punto de reventar, de partirse en pedazos”, comenta.Humor y tragediaUna de las condiciones que se puso para escribir Un dios con el estómago vacío fue hacer un libro divertido.“Mi anterior libro no tiene nada de humor, es muy oscuro, muy denso, con un universo psicológico muy siniestro. Cuando empecé a escribir el libro para Almadía, una de las premisas que me puse fue que tenía que ser muy diferente al anterior y me apetecía mucho que fuera un libro divertido. Con esa combinación de tragedia y comedia pienso que es un libro abiertamente humorístico, con un humor muy torcido, muy negro y muchas veces los personajes lo utilizan para intentar sostener su realidad, un poco lo que me pasaba a mí en ese momento, necesitaba que la escritura tuviera ese componente de tragedia y de comedia”.Matías Candeira no es un recién llegado en la literatura, tiene un nombre importante en su país y su nuevo libro de cuentos le permitió liberarse. “Para mí este libro fue una manera de soportar la realidad en ese momento. El otro día salió una reseña en Instagram de una lectora que decía que en los cuentos se narran situaciones de alto impacto emocional con un humor muy negro y que no era recomendable para todos los lectores (risas). Pero bueno, es que así es como veo el mundo y yo necesitaba el humor”.Lector incómodoEl libro contiene cuentos como “Intentos fallidos de enamorar a una mortal”, “Una rabieta”, “La invisibilidad”, “Los verdaderos amos del negocios” y “La deuda”, entre otros.Matías Candeira asegura que lo que más le interesa es ver la reacción de los personajes a preguntas como ¿se puede ser feliz aceptando que lo extraño, lo incómodo, también forma parte de esa felicidad?“El libro juega mucho con esos dos extremos, que era un poco también mi idea. De mirar a veces a los personajes desde la esquina más cruel y mirarlos desde el lugar más empático y más tierno. Algunos relatos los miran con ternura, los comprenden, los acompañan y otras veces no. El efecto que se produce ahí me parece muy interesante porque el lector nunca está del todo cómodo.“Este mundo en el que vivimos se está desmoronando de alguna manera por muchos sitios, yo soy un escritor de género fantástico y en el libro podemos decir que hay cosas bíblicas donde en lo fantástico ya están integradas la vida, la muerte, los dioses. Es una realidad donde la muerte puede subir en un autobús o hay un dios hambriento que exige un sacrificio bíblico. Lo que me parece más interesante en el libro es cómo lo fantástico me permite hablar de asuntos humanos y no está ahí solo por decorar”, concluye.BSMM