Desde el inicio de la guerra de Ucrania en febrero de 2022, Vox ha rechazado tajantemente la invasión territorial perpetrada por Rusia. Sin embargo, sus alianzas internacionales con líderes que muestran simpatía a Vladimir Putin , como el húngaro Viktor Orbán o la francesa Marine Le Pen, han puesto en duda ese apoyo de Vox al Gobierno de Volodímir Zelensky. Este viernes en una entrevista en la Cadena Cope, Abascal ha reivindicado que en su partido han sido muy claros desde el inicio «de la agresión rusa» y ha recordado una cumbre celebrada en Madrid poco antes de la ofensiva militar en la que lograron consensuar un texto señalando a Rusia que aunó a líderes tan dispares como a Orbán y el que era primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. «Ahora bien -ha matizado Abascal inmediatamente después-. Es evidente que hay que manifestar preocupación en estos momentos». El líder de Vox ha reconocido así sus temores al devenir de la situación, aunque sin profundizar en el asunto: «No se trata de que Ucrania no tenga razones, lo que no hay razones es para una Tercera Guerra Mundial». En este sentido, ha evitado dar más detalles y ha recordado que no es «experto en geopolítica», aunque ha deslizado dudas sobre la autorización de países occidentales como Estados Unidos o Reino Unido a Ucrania para el uso de misiles de largo alcance en suelo ruso. «Si armas occidentales de la OTAN atacan suelo ruso la respuesta que ha dado Rusia es muy clara y no sabemos lo que va a ocurrir. Lo que nos gustaría es que esto acabe cuanto antes», ha zanjado. Vox comparte grupo en el Parlamento Europeo con formaciones próximas a Vladimir Putin como las de Hungría de Orbán o el francés Reagrupamiento Nacional liderado por Marine Le Pen. Estableció esta alianza tras las elecciones del pasado mes de junio, abandonando la alianza que había mantenido hasta entonces con socios como la italiana Giorgia Meloni. Precisamente el pasado fin de semana Santiago Abascal fue elegido presidente del grupo, Patriots, en una asamblea celebrada en París. Esa influencia es la que el líder de Vox asegura que ha utilizado para sumar a sus socios al rechazo a la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta de la futura Comisión Europea. Frente a su postura, ha señalado que el Partido Popular español «no ha sido capaz» de convencer al resto de la familia popular europea. «No tienen influencia ante el Partido Popular Europeo», ha lamentado acusando a los populares de hacer un «ruido excesivo» intentando «confundir» a los españoles, ya que cree que finalmente Ribera será elegida y «no pasará nada»: «El PSOE y el PP seguirán juntos en Bruselas». Abascal considera que no hay lugar para esta ni ninguna otra alianza con el PSOE, más aún tras la declaración este jueves ante el juez del comisionista Víctor de Aldama, que implicó en la trama del caso Koldo al propio Sánchez y varios miembros del Gobierno. Vox ha anunciado que pedirá por ello la imputación del presidente del Gobierno y cuatro de sus ministros. «Estamos ante la 'rosa nostra'», ha denunciado asociando el PSOE a la mafia siciliana. Abascal cree que tanto el partido como Sánchez están «dispuestos a cualquier cosa» y por eso debe haber una «distancia infinita» con el Gobierno y una «oposición sin cuartel» a cualquiera de sus iniciativas. Además, ha pedido que no se «engañe» a los españoles haciéndoles creer que algunos de los socios parlamentarios del Ejecutivo pueden hacer caer a Sánchez. Ha recordado que él mismo presentó dos mociones de censura en la anterior legislatura y por eso no puede mostrarse en contra de este mecanismo -que Alberto Núñez Feijóo dijo estar dispuesto a encabezar si alguno de los socios de Sánchez se mostraba dispuesto a cambiar de idea-, pero ha insistido en que no se debe «confundir españoles sobre posibilidad de que partidos separatistas puedan llegar apoyar una moción de este tipo». Todo esto sucede poco después de la victoria en Estados Unidos de Donald Trump, también aliado de Vox. Abascal se ha mostrado optimista por este nuevo mandato, en el que ha augurado que Trump luchará «por defender sus intereses nacionales y su propia industria». «Lo que nos gustaría hacer a nosotros con nuestros productos», ha reconocido denunciando que el mercado español está «invadido» por productos procedentes de Marruecos y otros países «donde no son producidos en condiciones de igualdad y en muchos casos dan lugar a problemas sanitarios». Junto a eso, pese a los «riesgos» que pueda entrañar para la economía, ha celebrado que el próximo presidente de Estados Unidos dará «batalla por la libertad y contra la ideología woke», lo que para Vox es «motivo de esperanza» y «abre muchas posibilidades».
