La presidencia de la COP29 ha publicado este jueves en la Cumbre del Clima un texto que recoge las propuestas de los países sobre la nueva meta de financiación climática colectiva que se negocia en Bakú (Afganistán), pero que no despeja la incógnita de cuánto dinero hay que aportar (–más allá de «miles de millones»–) ni quiénes tienen que contribuir a pagar la factura climática. El documento, de 10 páginas, refleja algunas opciones planteadas durante las negociaciones de la cumbre.
Sin embargo, no habla sobre la cantidad que debería movilizarse para costear la transición y adaptación climática en el mundo, y sobre todo en los países en desarrollo, donde el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas del Acuerdo de París sugiere que esa transición sea pagada en parte por los países ricos.
El documento sí muestra, no obstante, las diferentes visiones sobre la transparencia necesaria en la financiación climática por parte de los estados en desarrollo y por los países ricos: los primeros, entre los que se incluye China, piden transparencia sólo para los desarrollados y los segundos la exigen para todos.
El texto, en cualquier caso, no es ni siquiera un primer borrador de acuerdo, sino una mera «compilación de propuestas» de los países que pone la presidencia de la COP29 a disposición de las partes negociadoras, y del que no se sabe aún cuántas nuevas versiones habrá.
Ante esta situación, el secretario general de la ONU, António Guterres, «leyó la cartilla» a los delegados de casi 200 países presentes en la recta final de la COP29, y sentenció que «el fracaso no es una opción».
Ante la polarización y el estancamiento de las negociaciones, el líder de la ONU aseveró que el mundo no se puede permitir un fracaso en esta cumbre, pues eso podría amenazar «la ambición en la preparación de los nuevos planes nacionales de acción climática, con posibles impactos devastadores a medida que se acercan los puntos de inflexión irreversibles». «No olviden lo que está en juego», advirtió.
La directora general de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), Valvanera Ulargui, avanzó que el texto presentado «no es positivo» y no refleja el equilibrio en términos de ambición buscado por España y la UE al inicio de la cumbre. El texto sobre mitigación, la gran demanda de la UE, está «vacío de contenido», y no ofrece una señal política potente para que la siguiente ronda de compromisos que presenten los países estén en línea con el 1,5 grados del Acuerdo de París, informa Efe.
Organizaciones ecologistas como Greenpeace criticaron que el último borrador financiero de la cumbre del clima no ofrezca cifras más concretas de cuánto ha de aumentar el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NOCC), tema central de las discusiones. Por su parte, Oxfam Intermón echó en falta un «compromiso claro» con una financiación climática «más ambiciosa».