Mazón está tan en el punto de mira del PSOE, como contrapeso de las informaciones incómodas para Moncloa y que llevan el sello de la corrupción, que cabe decir que desde las filas socialistas se ha puesto en marcha toda una campaña de «espionaje» para recabar todos los datos posibles de la vida personal del presidente de la Generalitat valenciana. El pretexto son las horas en las que Mazón se mantuvo desaparecido cuando la DANA arrasó varias poblaciones valencianas.
El PSOE está utilizando todas las herramientas que tiene a su alcance, e incluso está recurriendo a exdirigentes del PP, o próximos al partido pero enfrentados con Mazón, para conseguir datos que permitan seguir «disparando» contra el presidente de la Generalitat.
El «fuego amigo» es una vía que está siendo útil a los socialistas. Aquí «engancha» la insistencia de los socialistas valencianos en que Mazón desvele la factura del restaurante en el que «presuntamente», recalcan, estuvo comiendo en las horas claves de la DANA.
La cronología ofrecida por la vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en el Congreso da algunas pistas de por dónde prepara el ataque el PSOE. De momento, ya se está extendiendo el rumor de que detrás de la comida del presidente valenciano, que duró tres horas, hay otra «mentira» que quedará en evidencia con datos documentales.
Los socialistas valencianos han estado frenando hasta ahora posibles comisiones de investigación porque desde el terreno saben que forzar movimientos políticos que se interpreten en clave estrictamente partidista les puede traer más coste que beneficio. Pero tiempo al tiempo, habrá comisión de investigación en las Cortes valencianas y también en el Congreso de los Diputados.
El objetivo es mantener vivo el tema en clave política y seguir «destrozando» la credibilidad de Mazón por su gestión de esta catástrofe.
En esta depuración de responsabilidades, en el PP asumen que trabajan con «cartas marcadas» porque no conocen todas las que tiene el presidente de la Generalitat y tampoco las que tiene a su alcance el Gobierno para utilizarlas en contra de ellos.
La presión sobre el presidente valenciano no va a ir a menos, a pesar de que haya el espejismo de una tregua que deja espacio a los titulares de sus fichajes e incorporaciones a su Gobierno y de sus ceses.
En todo caso, también es cierto que la preocupación del PP por la crisis valenciana y por el coste a nivel nacional de la misma ha ido rebajándose con la confianza puesta en que el escándalo de las revelaciones del comisionista del «caso Koldo», Víctor de Aldama, «y lo que falta por conocerse», sirva para tapar todo lo que Moncloa mueva en clave política contra ellos por la gestión de la DANA.
Pero en el PP valenciano no están tan tranquilos sobre el daño que pueda causarles el «material» que presuponen que «esconde» el PSOE para utilizarlo en su contra. Uno de los elementos que puede tener más interés conocer es la transcripción de la reunión del Cecopi y el supuesto apagón entre las seis y las siete de la tarde, durante el que los representantes del Gobierno no pudieron ser partícipes de lo que ocurría en el puesto de mando avanzado.
El PP valenciano no está de brazos cruzados y también prepara nuevos movimientos en defensa de su «alfil». La pieza del presidente de la Generalitat es intocable, desde la confianza en que el proceso de reconstrucción sirva para recuperar su imagen y desmentir a los que dentro de su partido le dan por muerto.
Desde Madrid, el PP sigue moviendo a sus primeros espadas en defensa de Mazón, pese a las dudas que continúa habiendo en el comité de dirección del partido. En una entrevista en Onda Cero, con Carlos Alsina, el portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, aseguró que a la ministra de Transición Ecológica «parece que no le duelen los muertos» porque «no ha dado ninguna muestra de empatía» con las consecuencias de la DANA, entre otros motivos porque no ha ido a Valencia.
También acusó al Gobierno de actuar de mala fe y sostuvo que hubo una denegación de auxilio porque el Gobierno de Sánchez no tomó las riendas de la situación.
Esta acusación choca con el hecho de que el presidente de la Generalitat se negó desde el primer momento a aceptar el consejo de Alberto Núñez Feijóo de que pidiera la declaración de emergencia. Justo esta negativa es la que ha permitido al Gobierno de Sánchez ganar la batalla del relato en lo que tiene que ver con la pelea por ver quién fue el mayor responsable de que no se desplegara con más prontitud al Ejército en las zonas afectadas por la riada.
Quedan capítulos por conocerse en clave política, y mucho más barro, metafóricamente hablando, en la lucha entre Gobierno y Generalitat por ver quién convierte al otro en más responsable de la catástrofe que ha costado más de doscientos muertos y ha cambiado la vía de miles de centenares de familias. Las dos partes confían plenamente en dar el «jaque mate» a la otra.
