El Estatus de Protección Temporal (TPS) se mantiene con una constante incertidumbre con la llegada del gobierno de Donald Trump, generando preocupación entre cientos de miles de inmigrantes en Estados Unidos. Este programa, que protege a personas de 16 países, enfrenta una posible revocación que podría llevar a masivas deportaciones. Es esencial que los indocumentados extranjeros estén al tanto de cualquier medida que efectúe el gobierno norteamericano.
Desde su campaña presidencial, el republicano Trump ha manifestado su intención de eliminar el TPS, lo que ha encendido alarmas entre los beneficiarios que dependen de este estatus para evitar la deportación. Con un enfoque en la inmigración ilegal, el nuevo gobierno republicano promete implementar medidas que podrían afectar a quienes buscan refugio en el país.
El TPS, que permite a inmigrantes de países en crisis permanecer en EE. UU., se ha convertido en un tema candente. La incertidumbre sobre su futuro ha llevado a muchos a solicitar una extensión de su estatus antes de que se agoten los plazos establecidos.
El Estatus de Protección Temporal (TPS) es un programa que ofrece protección a inmigrantes de países que enfrentan conflictos armados, desastres naturales o condiciones extraordinarias. Actualmente, beneficia a aproximadamente 863,880 personas en Estados Unidos, quienes temen ser deportadas con la llegada de Trump al poder.
Este estatus se otorga por períodos de 6, 12 o 18 meses, y puede ser renovado si las condiciones en el país de origen continúan siendo inseguras. Sin embargo, la administración Trump ha mostrado una clara oposición a este programa, lo que ha generado un clima de incertidumbre entre los beneficiarios.
Durante su primer mandato, Trump intentó eliminar el TPS para varios países, incluyendo El Salvador, Haití y Nicaragua. Sus recientes declaraciones han reavivado el temor de que se implementen políticas de deportación masiva. “Revocaría el estatus de protección temporal y traería a los inmigrantes de regreso a su país”, afirmó Trump en una entrevista reciente.
Con plazos de TPS que se acercan a su vencimiento, como el de Nicaragua en enero y el de Venezuela en abril, los beneficiarios están presionando al gobierno saliente para que extienda su protección. Sin embargo, la falta de un camino claro hacia la residencia permanente complica aún más la situación.
A pesar de permitir a los beneficiarios permanecer y trabajar en EE. UU., el TPS no ofrece un camino hacia la residencia permanente o la ciudadanía. Esto significa que, aunque puedan vivir y trabajar legalmente, su estatus sigue siendo temporal y vulnerable a cambios en la política migratoria.
Los beneficiarios del TPS pueden solicitar un Documento de Autorización de Empleo (EAD) y obtener permisos de viaje, pero la incertidumbre sobre su futuro sigue siendo una carga pesada. La falta de claridad sobre el futuro del TPS bajo la administración Trump deja a muchos en un estado de ansiedad y preocupación.