El presidente electo Donald Trump ha anunciado una controvertida medida que busca imponer aranceles del 60% al 100% sobre productos provenientes de China y entre el 10% y el 20% para bienes de otros países. Esta política podría causar aumentos significativos en los precios de una amplia gama de artículos, afectando directamente a consumidores, minoristas y economías dependientes de las importaciones.
De acuerdo con un análisis de la Federación Nacional de Minoristas (NRF), sectores como el de prendas de vestir, juguetes, muebles y electrónicos se verían particularmente perjudicados. Estos incrementos no solo impactarían la economía de los hogares estadounidenses, sino que también podrían generar cambios en los patrones de consumo. La medida, que busca priorizar la producción local, ha sido calificada como una espada de doble filo, ya que podría reducir el poder adquisitivo en hasta 78,000 millones de dólares anuales.
Entre los artículos más afectados por los nuevos aranceles destacan las prendas de vestir y los productos electrónicos, dos categorías donde el mercado estadounidense depende en gran medida de las importaciones. Según expertos de la NRF, los consumidores podrían enfrentar incrementos de hasta el 30% en el precio final de estos bienes.
La propuesta de Donald Trump no solo afecta a los consumidores, sino que también podría generar un efecto dominó en las cadenas de suministro y los minoristas. De acuerdo con la NRF, los aumentos en los costos de importación obligarían a las tiendas a trasladar esos gastos adicionales a los clientes finales. Este ajuste impactaría especialmente a los hogares con ingresos medios y bajos, quienes destinan gran parte de su presupuesto a productos de consumo diario.
Un informe reciente señala que el gasto de los hogares podría disminuir en aproximadamente un 10% debido a los aumentos de precio, lo que equivale a entre $46,000 y $78,000 millones de dólares menos en consumo anual. Esta caída en el poder adquisitivo no solo afectaría las ventas minoristas, sino que también podría desacelerar el crecimiento económico general.
Por otro lado, los minoristas pequeños serían los más afectados, ya que tienen menos capacidad para absorber los costos adicionales. Grandes cadenas como Walmart y Target podrían resistir mejor el impacto gracias a sus economías de escala, pero incluso estas empresas tendrían que ajustar precios en algunos productos clave.