Al final, fue Podemos quien salvó el 'macht-point' de la reforma fiscal, que el Gobierno tenía perdido. Estaba cantado. Sánchez se sostiene con alfileres, pero los alfileres que le sostienen no quieren derribarlo, solo quieren estrujarle. Han aprendido que es mucho más divertido y rentable llevarle al borde del precipicio y con una mano en su espalda susurrarle al oído: «O cedes o te empujo» y, conocida su asombrosa generosidad, su proverbial ductilidad y su inmensa maleabilidad, al final, siempre obtienen lo pedido. Esta vez se han superado. Primero el Gobierno cedió ante la parte derecha de sus apoyos y, asustado por la enorme cantidad de miles de millones de inversión en el alero, se comprometió ante Junts a eliminar...
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