A un día de que termine la COP29 en Bakú, los negociadores presentaron este jueves un borrador de acuerdo que evidencia lo alejadas que están las posiciones sobre la financiación climática entre los países ricos y los países en desarrollo.
La conferencia termina oficialmente el viernes, por lo que el tiempo apremia para encontrar el modo de financiar el billón de dólares anuales de ayuda climática que, según expertos comisionados por la ONU, necesitarían los países en desarrollo para enfrentar las consecuencias del cambio climático.
Un billón representa una suma diez veces superior a los 100.000 millones de dólares que los países ricos se habían comprometido a aportar para el periodo 2020-2025, en parte en forma de donaciones.
"El fracaso no es una opción", advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres, a los negociadores.
"Todavía tenemos un largo camino por recorrer. Este es el momento en el que se necesitan poner todas las cartas sobre la mesa", apremió el coordinador azerbaiyano de las negociaciones, Yalchin Rafiyev.
El borrador, muy criticado, presenta dos opciones: una prevé que el dinero provenga exclusivamente de las naciones desarrolladas, y la otra propone "aumentar" las finanzas mundiales contra el calentamiento global a partir de "todas las fuentes de financiación" procedentes de todos los países.
El documento menciona que las cantidades aportadas deberán ser del orden de "billones" de dólares, pero no precisa ninguna cifra, limitándose a recoger que las contribuciones serán de "[X]" billones.
"Tenemos la voluntad política de crear el puente que nos permita llegar al billón. Pero faltan menos de 48 horas y no tenemos nada concreto sobre lo que negociar. Este es el problema", denunció la ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad.
Ochenta países del grupo AILAC (Asociación Independiente de América Latina y el Caribe), África y las islas reclamaron "como mínimo" 1,3 billones de dólares al año a los países ricos y elaborar una "hoja de ruta" de cara a la COP30, que organizará el año que viene la ciudad brasileña de Belém.
Los países en desarrollo exigieron "al menos" 500.000 millones de dólares anuales para 2030. "No debemos irnos de Bakú sin una cifra clara", declaró el ugandés Adonia Ayebare, representante del grupo de países del sur G77+China.
El comisario de la UE para el clima, Wopke Hoekstra, consideró que el borrador es "claramente inaceptable" y el emisario estadounidense, John Podesta, se declaró "profundamente preocupado por el desequilibrio flagrante del texto en su estado actual".
El representante chino, Xia Yingxian, tampoco consideró "aceptable" el texto y volvió a expresar su rechazo a cualquier texto que obligue a su país a contribuir a la ayuda financiera internacional para países en desarrollo.
"Preguntarnos cuál es la cifra mínima que estamos dispuestos a aceptar es como preguntar cuántos muertos estás dispuesto a tener en tu país a causa de esta crisis", señaló el negociador de Panamá, Juan Carlos Monterrey Gómez. "Necesitamos 1,3 billones. Y necesitamos que los países desarrollados hablen", insistió.
Maureen Santos, activista brasileña de la oenegé FASE, calificó el texto de este jueves de "ideas lanzadas al aire".
"En la Amazonía varios países están pasando por una sequía extremadamente grave [...] y, además de no tener una política regional sobre eso, el espacio multilateral no ofrece condiciones para enfrentar realmente esos problemas", lamentó.
"Esta falta de especificidad socava la confianza", consideró Óscar Soria, activista ambiental argentino y director de Common Initiative.
Para Joe Thwaites, de la oenegé NRDC, "el texto caricaturiza las posiciones de los países desarrollados y en desarrollo". Según él, "la presidencia [azerbaiyana] debe proponer una tercera opción de conciliación".
Esta tercera opción fue puesta sobre la mesa por el australiano Chris Bowen y la egipcia Yasmine Fouad, los dos ministros que desde el lunes han llevado a cabo consultas para intentar lograr un consenso, pero de momento no fue presentada a los países, según dos fuentes cercanas a la negociación.
Por su parte, el grupo de países árabes advirtió que rechazará cualquier texto "que apunte contra las energías fósiles".
El año pasado, en la COP28 de Dubái, se firmó un acuerdo que llama a acelerar la transición hacia un mundo sin energías fósiles.
"La mitigación en materia de energía (...) tiene que ver, en primer lugar, con la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles", recordó este jueves Raquel Soto, viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales de Perú. "Lamentamos ver una combinación de silencio y bloqueo total para volver a abordar este tema en las salas, como si no se hubiera acordado en la COP28".
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