Kyiv. Ucrania acusó el jueves a Rusia de lanzar un misil intercontinental contra su territorio. El proyectil, diseñado para transportar ojivas nucleares, contenía solo cargas convencionales en este ataque.
El Kremlin evitó comentar la denuncia. “No tengo nada que decir sobre el tema”, afirmó Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa.
Por otro lado, durante una rueda de prensa televisada, la portavoz de la diplomacia rusa recibió la orden en directo de no pronunciarse sobre el asunto.
En los últimos días, Rusia intensificó su retórica belicosa, mencionando armas atómicas tras el lanzamiento de misiles estadounidenses por parte de Kiev hacia territorio ruso.
Según la fuerza aérea ucraniana, “un misil balístico intercontinental fue disparado desde la región rusa de Astracán” contra la ciudad de Dnipró, en el centro este de Ucrania. El comunicado indicó que las fuerzas rusas también lanzaron diversos misiles contra infraestructuras críticas de la región.
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El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que las evaluaciones preliminares apuntan a que el ataque tiene “las características” de un misil intercontinental. Además, calificó a Rusia como un “vecino enloquecido” que utiliza a Ucrania como “terreno de ensayo” militar.
Una fuente militar confirmó a esta agencia que esta es la primera vez que Moscú emplea este tipo de armas desde la invasión de 2022. Aseguró que el misil no portaba una carga nuclear, aunque su diseño permite el uso de ojivas tanto convencionales como nucleares.
Peter Stano, portavoz de la Comisión Europea, señaló que un ataque de este tipo “marcaría otra clara escalada” en el conflicto.
Moscú actualizó esta semana su doctrina nuclear, permitiendo el uso de armas nucleares contra países no poseedores de estas. Enfatizó que esta modificación actúa como advertencia a Occidente.
Dmitri Peskov declaró el jueves que, según la doctrina rusa, el país mantiene “una posición responsable” al evitar un conflicto nuclear.
La fuerza aérea ucraniana informó que unidades de defensa aérea derribaron seis misiles, sin confirmar si alguno de ellos era el balístico intercontinental. Sergii Lisak, jefe de la región donde se encuentra Dnipró, reportó daños en un centro de rehabilitación, varias viviendas y una planta industrial tras el bombardeo ruso.
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“Dos personas resultaron heridas: un hombre de 57 años fue atendido en el sitio y una mujer de 42 fue hospitalizada”, detalló Lisak. En otro ataque, a 100 kilómetros al suroeste de Dnipró, 17 personas resultaron heridas, según el gobernador.
Durante una comparecencia en directo, María Zajárova, portavoz de la diplomacia rusa, interrumpió su intervención para atender una llamada. Su micrófono captó una voz que le indicaba “no comentar” sobre el ataque con misiles balísticos contra la fábrica de satélites Pivdenmach, situada en Dnipró.
El canal Telegram Rybar, afín al ejército ruso, afirmó que esta fábrica “podría” haber sido el objetivo del misil intercontinental RS-26 Rubezh.
La tensión con misiles de largo alcance aumentó desde que Washington autorizó a
Kiev a usar armamento de fabricación estadounidense. Medios británicos informaron el miércoles que Ucrania lanzó misiles Storm Shadow, suministrados por Reino Unido, contra objetivos rusos tras obtener la aprobación de Londres.
El Ministerio de Defensa ruso indicó que su sistema de defensa aérea derribó dos Storm Shadow, sin precisar si lo hizo en territorio ruso o en áreas ocupadas de Ucrania.
La escalada de ataques ocurre en un momento crítico para Ucrania, donde las líneas defensivas perdieron terreno ante la presión rusa en la línea de frente. Rusia afirmó avances en la región fronteriza de Donetsk y reportó la captura de una aldea cerca de Kurajove.