La silla gigante de Lucena , que se ubicó en la antigua N-331, a un paso de la entrada Lucena Sur de la A-45, es ya historia . Ha sufrido una brutal caída 19 años después de que se alzara como símbolo de la pujante industria del mueble de este municipio. Cuanto más alta sea la subida, más dura será la caída, dice la sabiduría popular. Esta llamativa construcción da buena cuenta de ello. Se ha despeñado desde los 27 de altura que alcanzó y desde el récord Guinnes que llegó a ostentar hasta el suelo, con los trabajos de su demolicion. Su final ha llegado ahora, pero ya se intuyó en enero de 2023 que podía acabar así . Entonces, se conoció que una empresa del sector del frío industrial -crece con enorme fuerza en este municipio- había comprado las instalaciones de la firma Hermanos Huertas , en la que, entonces, se alzaba la silla. Los nuevos dueños transmitieron al Ayuntamiento su disposición a cederla gratis si se deseaba preservarla y reubicarla en otro lugar. Pero aquello no era tan sencillo. Equivalía a mover 9.2000 asientos de dimensiones normales. Y en marzo del año pasado, la Gerencia de Urbanismo lucentina ya indicaba que el presupuesto de un traslado «sería bastante alto , hasta el triple de lo que se podía esperar». La silla ya podía sentarse a esperar... su derribo. Atrás iban a quedar sus días de gloria . Se inauguró el 8 de julio de 2005 -el proyecto había empezado a tomar cuerpo en 2002-. La había impulsado la firma Hermanos Huertas, especializada en fabricar sillas. Todo en ella era descomunal: una altura equivalente a un edificio de ocho plantas -se convertía así en el inmueble más alto de la ciudad-; cien metros cuadrados de planta ; o un peso de casi 120.000 kilos. Su tamaño era tal que albergaba en su interior, bajo un asiento recubierto con grandes ventanales, un museo dedicado al sector del mueble y que era además una sala de juntas . A ese espacio se accedía por un ascensor. La construcción era una réplica a tamaño Goliat del primer diseño de silla que realizó Hermanos Huertas, a mediados de la década de los noventa. La familia responsable de este negocio quería con esta iniciativa homenajear a todos los profesionales aracelitanos del sector del mueble y la madera; especialmente a los que colaboraron en el fuerte crecimiento de esta compañía. En 2006 , llegó la certificación del 'Guinness World Records' de que era la silla más grande del mundo . Eran los días de vino y rosas. Nadie podía intuir que al sistema le iba a fallar la pata financiera y que iba a romperse con la larga crisis económica iniciada en 2008. En 2009, perdió su título . Se lo arrebató otra levantada en Austria, de 30 metros de alto. En aquel momento no se podía saber que estaba arrancando el principio del fin de lo que llegó a ser un símbolo de la ciudad y de una época en Lucena.