El endurecimiento de las condiciones de crédito a las pymes ha "lastrado la inversión y frenado el crecimiento empresarial, lo que impide ganar productividad y mejorar la competitividad", además de haber reducido en 15.000 millones de euros la captación de financiación respecto a niveles prepandemia. Así lo constata el último Informe de Financiación a Pymes del Servicio de Estudios de Cepyme, que apunta que la financiación -medida como porcentaje de las ventas interiores de las pymes- se sitúa en el 17,8% en el tercer trimestre, frente al 18,5% a cierre de 2019. Para recuperar aquel nivel, el crédito nuevo debería aumentar esos 15.000 millones en un año y cerca de 74.000 millones para volver a los rangos de 2017.
La patronal achaca a la política del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación -con un incremento exponencial de los tipos de interés- la primera causa de este decaimiento, ya que elevó el coste de la financiación "justo cuando las empresas soportaban mayores cargas laborales, tributarias e impositivas añadidas al propio aumento de los precios de los insumos". La segunda causa la centran en el incremento de las "exigencias regulatorias y provisiones que soportan las entidades financieras", unidas al despegue de su tributación y la indeterminación sobre la duración de su nuevo gravamen extraordinario, lo que "deriva en peores condiciones de financiación para las pymes prestatarias y ahonda la atonía de la demanda de crédito, ya de por sí constreñida debido a la caída de márgenes, la incertidumbre regulatoria y las dudas sobre la coyuntura económica".
La bajada de los tipos y la detención de la senda de endurecimiento de las condiciones permitió reactivar el mercado crediticio, si bien de forma "más que insuficiente" para conseguir la financiación necesaria que acabe con el "preocupante déficit de inversión que existe en España", apunta el informe. Sin embargo, la nueva figura impositiva impuesta al sector bancario y las provisiones exigidas al crédito a la pyme -asociado a un riesgo mayor de estas empresas-, han vuelto a "dificultar el flujo de crédito hacia uno de los actores clave de la economía española". Cepyme recuerda que casi la totalidad de la financiación de la pyme "depende del mercado regulado", y que la introducción de un gravamen a los ingresos del sector bancario, "no sólo impacta en la financiación de las empresas, especialmente de las pymes, sino que genera inseguridad jurídica en la economía española, lo que repercute de forma negativa también en la inversión extranjera", que ha caído significativamente en el último lustro.
Cepyme incide en que pese a la relajación de la política monetaria del BCE y que los tipos de referencia han iniciado una senda descendente, "no se ha traducido en un crédito significativamente más barato para las empresas". Apunta también que las pymes siguen afrontando un precio del crédito cercano al 5%. En el tercer trimestre, el tipo de interés de los nuevos préstamos fue del 4,81% para las empresas pequeñas y del 4,52% para las medianas, por lo que "se siguen enfrentando a una financiación cara (4,71% en promedio)", aunque a menor coste que sus homólogas de Portugal, Italia y Alemania.
Al menos en términos nominales, el volumen de los nuevos préstamos a pymes subió un 14% interanual, hasta 54.200 millones de euros en el tercer trimestre de 2024. Eliminada la distorsión de la inflación, el volumen de los nuevos préstamos se nivela con cotas de 2019, lo que el informe identifica con una "dinámica positiva en el mercado financiero". No obstante, el crecimiento de la economía y el aumento del nivel de actividad empresarial "evidencian que esta cifra de financiación se vislumbre insuficiente. De hecho, el nuevo crédito no cubre el volumen de ventas anterior a la pandemia y resulta escaso para invertir".
En términos nominales, el importe medio de los nuevos préstamos fue de 40.950 euros (13,9%), siendo para las empresas pequeñas de 33.100 euros (15% interanual) y para las medianas de 404.600 euros (7,9%). Si se elimina el efecto de la inflación, que protagonizó una escalada histórica desde finales de 2021, el panorama es menos satisfactorio: el importe medio está en rangos del bienio 2017-2019. Para la patronal, desde entonces "las pymes han soportado fuertes alzas de costes, no sólo por los mayores precios, sino por los altos tipos de interés y los mayores costes laborales, impositivos y regulatorios. Este contexto ha minado los márgenes empresariales y frenado la inversión y la demanda de crédito".
Para los analistas de la patronal que presidente Gerardo Cuerva, esta situación se ha agravado en un "contexto de estrechamiento de márgenes", ya que las pymes acuden al crédito básicamente "para sostenerse, aparcando la inversión de crecimiento. En su financiación por necesidad de circulante, las pymes han venido asistiendo a un endurecimiento de las condiciones para la concesión de préstamos, lo que ha desanimado la demanda de crédito y retroalimentado el desincentivo a la inversión".
De esta forma, los síntomas positivos que se estaban registrando en la demanda de crédito, "aún en niveles deprimidos", y la detención del ciclo de endurecimiento de los criterios para la concesión de préstamos son aún "insuficientes para relanzar el mercado financiero". Por tanto, persiste la "inseguridad jurídica" sobre las nuevas cargas que empresas financieras y no financieras afrontarán en 2025 y la inversión y el crecimiento empresarial "dependen de una deseable clarificación del horizonte regulatorio y tributario que aliente el flujo del crédito tanto desde la oferta como desde la demanda".