El Museo de Bellas Artes de Sevilla , dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, ha incorporado a su colección un óleo con una vista de la Alameda de Hércules, fruto de la donación recogida en el legado testamentario del hispanista inglés J ohn H. Elliott (Reading, 1930-Oxford, 1922) y de su esposa Oonah, fallecida en 2023, tal como recoge la orden del 13 de noviembre publicada en el número 227 del BOJA de hoy jueves. «Es un honor recibir el legado de este gran hispanista, referente indiscutible en los estudios de la España de los Austrias y el Imperio Español», ha destacado la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo. «La obra -indica la consejera- resulta de especial interés para el Museo de Bellas Artes de Sevilla, ya que su contenido, un fresco de la vida cotidiana de la Sevilla del siglo XVIII en la Alameda de Hércules, ayuda a contextualizar, de una manera notable, la colección de la pinacoteca». El óleo donado es una obra anónima de escuela sevillana realizado en el siglo XVIII, en una fecha anterior a 1764, tal y como se desprende de la ausencia en el lienzo de las dos columnas que, siguiendo la reforma urbanística promovida por el asistente Larumbe. fueron colocadas al fondo del paseo en esa fecha. Aunque se conocen diferentes pinturas que representan la Alameda de Hércules, hasta el momento todas ellas estaban conservadas en colecciones y museos fuera de Sevilla: la Universidad de Valladolid, la Colección Abelló, la Hispanic Society, así como en una colección privada europea. De este modo, la incorporación de este lienzo, legado por el matrimonio Elliott, supone una interesante aportación al Museo de Bellas Artes de Sevilla, ya que la pinacoteca no conserva en sus fondos ejemplos de este tipo de vistas urbanas, un género que alcanzó cierta notoriedad en la Edad Moderna fruto del trabajo de artistas especializados, muchos de ellos hoy anónimos. La pintura representa uno de los espacios urbanos más importantes de la Sevilla de final del Renacimiento y del Barroco: la Alameda de Hércules, flanqueada por álamos y otras especies. En la vista de esta plaza de Sevilla se aprecian las acequias y los pequeños puentes que las salvan, así como la Cruz del Rodeo, las fuentes que decoraban la avenida central y, en lugar destacado en primer término, las famosas columnas romanas rematadas por las esculturas de Julio César y Hércules. Asimismo, el óleo ofrece un acercamiento a la sociedad sevillana de la Sevilla del XVIII, ya que retrata a hombres y mujeres de clase alta paseando por su zona central, así como tipos populares, miembros del clero, vendedores callejeros y hasta a un aguador rellenando cántaros en la fuente central. El lienzo resulta de especial interés para el Museo de Bellas Artes de Sevilla, ya que va a contribuir a enriquecer su discurso expositivo con una obra que describe el espacio urbano de la ciudad, contextualizando así el resto de los cuadros de una colección que tiene en el arte del Barroco su principal reclamo. En este sentido el cuadro viene a enriquecer la serie de ocho lienzos sobre la máscara organizada por la Real Fábrica de Tabacos en 1747 realizados en el taller del pintor Domingo Martínez. Este conjunto ofrece una imagen de algunos de los espacios urbanos más importantes de Sevilla como la plaza del Ayuntamiento y los exteriores de la catedral, pero en el que no aparece el espacio de la Alameda de Hércules.