Johnny Muñoz Vargas es uno de los muchos emprendedores que suelen llegar a las inmediaciones de la Universidad de Costa Rica (UCR) y a sus alrededores, y que la ha visto fea por las lluvias que han azotado el país en los últimos días.
A Vargas, quien vende unos deliciosos pintos en mil colones, lo contactamos, ya que nos parecía extraño no verlo en estos días en su punto, justamente por el peatonal donde está en frente del edificio de estudios generales, donde en el transcurso del día uno lo encuentra.
Este joven de 31 años, vecino de Moravia, nos contó que la situación con las ventas no ha estado muy linda después de que a un estudiante de la universidad le cayó un árbol y falleció, sumado a esto toda la lluvia que ha caído, la cual le impide salir a bretear. Por suerte estos últimos días la cosa va mejorando.
“Prácticamente se vinieron abajo las ventas por lo del estudiante y las lluvias que han estado bien bravas y no había afluencia de gente. Era ver un punto muerto, no se veía nada”, inició contando el joven emprendedor.
Este muchacho confesó que, al igual que él, en las inmediaciones de la U hay varios que viven de las ganancias que genera su emprendimiento.
“Yo llevaba siete días de no trabajar, hasta hoy (martes) que retomé, porque honestamente, las cuentas no perdonan; hay que generar para pagar cosas”, comentó.
Johnny contó que este martes mejoró la cosa con las ventas, pero muy poco, detalló que prefería vender ese poquito que quedarse varado en la casa.
“Prefiero vender poco que nada, ahí poco a poco se va levantando el negocio, yo tengo fe que sí”, agregó.
Johnny contó que él, antes de iniciar en el negocio de los pintos, trabajaba en actividades y haciendo Uber, hasta que un día decidió ser su propio jefe.
“Mi novia, con quien tengo poco más de tres años de relación, me impulsó a que hiciera el emprendimiento. Yo también tenía muchas ganas de trabajar en lo propio y no depender de un patrono y así fue como inicié”, agregó
Johnny contó que, aunque él no tiene un título en cocina, tiene ocho años de experiencia que lo respaldan, por eso siempre anda en regla y al día con su carnet de manipulación de alimentos.
“Tengo incompleto el bachillerato en educación media, pero sí tengo muchas ganas de terminarlo, y también tengo el curso de manipulación de alimentos, por cualquier cosa”, comentó.
Johnny comentó que hace algún tiempo trabajó en el comedor de la UCR y él más que nadie sabe la realidad que viven los estudiantes.
“Este trabajo también lo hago por los estudiantes, cuando trabajé en el comedor, uno ve la realidad, hay muchos que no andan con plata, vienen todo el día y no tienen acceso a las cosas del mismo comedor o de las diferentes sodas. Por eso, yo hice este emprendimiento donde traté de hacer algo rico y a la vez con un precio cómodo”, comentó.
Este pulseador dijo que con él todos se ayudan y lo impulsan a él.
“Yo vendo tres opciones de pintico: con queso frito, salchichón y huevitos pateados, siempre acompañado de plátano maduro, natilla y un delicioso pancito, con los cubiertos, en mil colones”, expresó.
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Este joven también vende jugos, por si alguien quiere acompañar su famoso platillo o bien por si hace calor.
“También vendo jugos en tres tejas. Y ahorita tengo una promoción de galletas y jugo en 500 colones, siempre a precios cómodos y accesibles”, agregó.
Este emprendedor contó que él se levanta de a las 3 de la mañana a preparar los pintos, y que gracias a Dios tiene clientes fieles y gente que le encarga.
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“Aquí yo tengo clientes fijos y algunos hacen el encargo, y como todo, hay días buenos y otros no tantos”, comentó.
Este emprendedor nos contó que él vende barato porque tiene proveedores que le venden productos de calidad a buen precio.
“Ese es el secreto. Siempre buscó los mejores proveedores para la cocinada y los elementos que utilizó. Uno mide la cantidad, porción, peso, promociones; esa fue otra de las cosas que aprendí como cocinero”, detalló.
Este joven pasa de lunes a viernes, desde las 6 hasta 11 de la mañana, pero si se le acaba rápido, se va a su casa a alistar todo para el otro día.
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“Hay gente que me dice que aquí por la UCR no encuentra cosas baratas, ni nada rico, pero por lo menos conmigo sí”, detalló.
Este pulseador contó que hace los pintos principalmente para los estudiantes, pero que también le vende a la gente que pasa por la zona, hasta cuando los buses se estacionan, el chofer les da chance de comprar.
“Siempre estoy abierto a nuevos clientes, por eso si alguien tiene alguna actividad y desea pinticos, se los vamos a dejar por un costo adicional”, concluyó.
Si usted desea apoyar a este emprendedor, puede comunicarse con él al 7298-4954.
