Aplicar métodos para mantener los armarios en buen estado puede polongar la vida útil tanto de los mismos como de la ropa almacenada en su interior
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Una de las tareas del hogar más pasadas por alto es la de almacenar la ropa tras su uso. Ya sea durante la vuelta a casa por la noche o al término de la lavadora, guardar las prendas en su sitio es esencial para evitar que estas se amontonen en el suelo, escritorio o encima de la cama.
Acumular la ropa de varios días es una costumbre habitual, sobre todo para aquellos que cuentan con menos tiempo para recoger o para los más perezosos. Sin embargo, esta práctica no es recomendable por varios motivos, puesto que, además de facilitar el deterioro de la ropa -atrayendo polvo e insectos-, también puede tener efectos psicológicos, causando desorden visual o elevando los niveles estrés cada vez que se entre en la habitación.
Por ello, siempre que la ropa siga estando limpia tras su uso, es recomendable guardarla de manera inmediata al desvestirse, evitando posibles contratiempos. De igual manera, para que las prendas se preserven de la mejor manera y durante el mayor tiempo posible, es importante mantener los armarios o cómodas limpias y libres de humedades, que podrían deteriorar los tejidos de manera definitiva.
Al tratarse de muebles prácticamente herméticos y cercanos a superficies como paredes o techos, los armarios son una de las zonas del hogar donde más humedad puede acumularse. De este modo, existen varias causas que pueden impulsar la problemática, como la falta de ventilación, de luz, o el almacenaje de prendas aún sin secar del todo.
Mantener estas zonas limpias y libres de humedades es una gran manera de cuidar la vida útil tanto de la ropa como del lugar donde se almacena. De la misma manera, existen algunos trucos y consejos para evitar la aparición de humedades u otros contratiempos de manera sencilla y con productos comunes en el hogar. Por ello, este es el método sobre cómo hacer un deshumidificador casero para eliminar el mal olor del armario.
Pese a que existen deshumidificadores comerciales con los que realizar esta función, es posible llevar a cabo varios métodos caseros para mantener la zona libre de este problema de manera sencilla y con tan solo materiales de uso diario en el hogar. Por ello, para fabricar esta herramienta serán necesarios los siguientes elementos:
Una vez estén preparados los materiales, es el momento de poner en práctica alguno de los diferentes métodos caseros que permiten deshumidificar las zonas del armario. Existen varias posibilidades, por lo que es recomendable probar entre alternativas hasta comprobar cuál es la más funcional en cada caso.
Uno de los trucos más efectivos es el del arroz, el cual consiste en llenar un calcetín, media o una bolsa de tela transpirable con arroz crudo para que el alimento actúe como un potente absorbente natural. Además, es posible mezclarlo con unas gotas del perfume si se busca aromatizar el ambiente, o con un par de cucharadas de bicarbonato de sodio si se busca desodorizar la zona por completo.
Una vez se hayan añadido todos los ingredientes, cierra el recipiente de tela con un nudo suave y utiliza una cinta elástica de goma para sellarlo levemente, permitiendo así que el aire circule con facilidad, pero que el contenido no se derrame. A continuación, coloca el calcetín relleno en un rincón del armario para que el arroz vaya absorbiendo la humedad presente en el mismo poco a poco.
De la misma manera, revisa el contenido cada 2 semanas para cerciorarte de que aún no está húmedo y puede seguir absorbiendo toda la humedad en el ambiente. Si es necesario, es posible reemplazarlo con otro calcetín relleno de la misma manera. Además, este truco funciona tanto con arroz crudo como con sal gruesa, ya que ambos son unos potentes absorbentes naturales.
Por otro lado, otro de los métodos más útiles para eliminar la humedad presente en los armarios recurre a uno de los productos de limpieza estrella en el cuidado del hogar, el bicarbonato de sodio. Este es un potente absorbente y desodorizante, por lo que su uso también contribuirá a reducir los malos olores.
Para ello, corta una botella de plástico a la mitad -el truco solo requiere de la parte inferior del recipiente-. A continuación, agujerea el envase por la parte superior del mismo, cerca de la apertura. Tras ello, añade dos tazas de bicarbonato de sodio y tapa el utensilio con una gasa o tela fina para evitar que el contenido se derrame pero sin terminar de cerrarlo de manera hermética.
De la misma manera, también es posible añadir unas gotas de aceites esenciales o de algún perfume si se busca aportar un aroma agradable al mueble en vez del olor neutro que aporta el bicarbonato. Revisa el compuesto cada 2 o 3 semanas y reemplázalo una vez esté apelmazado, muestra de que ya absorbió la humedad.