La identificación tardía del virus, cuando la infección ya ha avanzado, ocurre en mayor medida entre mujeres y personas mayores, según el último informe del Centro Nacional de Epidemiología
El estigma del VIH empieza en el mismo sitio donde se diagnostica: la consulta
Aunque España ha logrado reducir los nuevos diagnósticos de VIH en la última década, el retraso en la detección de la enfermedad sigue siendo un problema crítico de salud pública, según el último informe del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. En 2023 se registraron 3.196 nuevos casos, consolidando una tendencia descendente iniciada en 2013 frente a la subida desbocada de otras enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, el informe pone el foco en un problema persistente: el diagnóstico tardío, que afecta a cerca de la mitad de los casos y aumenta significativamente con la edad.
Casi la mitad de las personas diagnosticadas con VIH en 2023, un 48,7%, recibió el diagnóstico de forma tardía, lo que significa que la infección ya había avanzado significativamente. Además, este diagnóstico tardío aumenta con la edad, mientras que entre los menores de 25 años el diagnóstico tardío se produjo en el 33,4% de los casos, esta cifra se eleva al 61,5% en personas mayores de 50 años, quienes se contagiaron mayoritariamente a través de relaciones heterosexuales. El estigma opera aquí de forma inversa: como estos colectivos registran menos casos, no se espera de ellos que tengan el virus. Y eso dificulta identificarlo antes.
La principal vía de transmisión sigue siendo la sexual, representando el 80,7% de los casos. En este contexto, los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) concentran el 55% de los diagnósticos, seguidos de las relaciones heterosexuales (25,7%) y el uso de drogas inyectables (1,7%).
El análisis destaca, además, que las desigualdades en el acceso al diagnóstico también son significativas: el 49,8% de los nuevos diagnósticos corresponde a personas nacidas fuera de España, siendo el porcentaje aún mayor entre las mujeres (61,6%).
Mientras el VIH muestra un descenso, las enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la gonorrea, la sífilis y la clamidia están en pleno auge. Según la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), los casos de gonorrea han aumentado un 42,6% entre 2021 y 2023, alcanzando cifras récord. Lo mismo ocurre con la sífilis, que en 2023 registró un 24,1% más de casos que dos años atrás.
El Ministerio de Sanidad ha señalado que las ITS “son un problema importante de salud pública tanto por su magnitud como por sus complicaciones y secuelas si no se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz”, vinculando este aumento a tendencias globales y al mejoramiento de los sistemas de vigilancia. Sin embargo, la propuesta del equipo de Mónica García de distribuir preservativos gratuitos para jóvenes, anunciada hace un año para paliar el aumento de ITS, sigue sin implementarse.