El cava será más caro estas Navidades en relación con años anteriores. La prolongada sequía ha reducido drásticamente la producción, y aunque la demanda sigue creciendo, la oferta es insuficiente. Esto ha empujado los precios al alza, especialmente en las gamas más exclusivas. Las bodegas optan por priorizar el mercado español, sacrificando exportaciones, para garantizar el abastecimiento durante las fiestas.
"Estamos viviendo una demanda superior a la capacidad de oferta", señala Joaquim Tosas, presidente de la Asociación de Elaboradores de Cava (Aecava) a Confidencial Digital. En 2023, las bodegas españolas de denominación de origen obtuvieron récord histórico de ventas con 252 millones de botellas, lo que supone 2,7 millones más que en 2022.
Tosas resume así la situación: "El mercado está sano, pero no tenemos la capacidad de producir todo lo que nos piden". La sequía ha recortado la capacidad de producción de uva en un 30%, lo que se ha traducido en 60 millones de botellas de cava menos de los 250 millones habituales, lo que ha provocado una caída de las ventas de este año.
El desequilibrio entre oferta y demanda ha empujado los precios al alza, especialmente en las gamas altas y más exclusivas. "No hay que esperar precios más altos en Navidad que en otras épocas del año, pero sí es cierto que el cava se ha encarecido en los últimos años, debido también a la hiperinflación", apunta Tosas. El aumento del precio del vidrio, el papel y la energía han impactado directamente en los costes de producción y han encarecido más el producto.
Las exportaciones, a su vez, han caído ligeramente. En concreto, disminuyeron un 0,25% en 2023 en comparación con 2022 debido a la escasez de producto, mientras que en España las ventas aumentaron un 4%. "El mercado principal y prioritario es el nacional", especifica Tosas. Madrid, Barcelona, San Sebastián y Bilbao, son las que registran una mayor demanda de cava durante todo el año. En otras ciudades, el consumo se concentra en Navidad.
La estacionalidad sigue marcando el consumo del cava, con un pico importante en diciembre. El perfil del consumidor navideño no ha variado a lo largo de los años: las burbujas continúan siendo el producto clave en las cenas y comidas de empresa, así como en las reuniones de amigos y familia en momentos especiales como Nochebuena y Nochevieja.
Algunas regiones productoras de cava en España han pasado repentinamente de un extremo a otro en cuanto a condiciones climáticas. Es el caso del municipio de Requena, cuya tónica habitual suele ser la falta de lluvias. El pasado 29 de octubre sufrió, al igual que otras localidades de la provincia de Valencia, fuertes inundaciones.
Fernando Medina, CEO de la bodega Dominio de la Vega, situada cerca de Requena, explica que cayeron entre 250 y 300 litros por metro cuadrado en apenas cinco horas. "Lo nunca visto", cuenta. Sin embargo, los daños, fueron mínimos. "El río Magro se desbordó en algunos puntos y afectó a algunos viñedos, pero nada significativo en lo que respecta a a la uva para el cava", asegura Medina.
El temporal tampoco impactó en las bodegas. Solo una sufrió una inundación parcial, con un metro y medio de agua en zonas no críticas. Las demás, ubicadas en terrenos elevados, no experimentaron filtraciones ni afectaciones. A diferencia de Utiel, donde la situación fue devastadora con víctimas mortales e importantes daños en los viñedos, Requena quedó protegida por su posición en un montículo natural. "Aquí no hubo fallecidos ni heridos, y eso es lo más importante", destaca el empresario.
Los únicos problemas que enfrentan ahora los productores de cava de Requena son logísticos. Empresas de distribución ubicadas en áreas inundadas, como la rambla del Poyo, han quedado paralizadas, lo que está complicando el transporte de las botellas.
Este contratiempo, sumado al ánimo decaído en la región, están impactando en las ventas. Medina estima un descenso del 20% en noviembre, aunque confía en que la campaña navideña compensará las pérdidas.