El consumo de ibuprofeno relacionado con la actividad física se ha popularizado en las últimas décadas. Sin embargo, combinar este medicamento con la práctica de ejercicio puede afectar negativamente la salud, según la farmacéutica Virtudes Roig, autora y divulgadora científica. En una entrevista con Europa Press, la experta señaló los efectos adversos del ibuprofeno en la recuperación muscular, el sistema gástrico y el funcionamiento renal.
Roig explicó que el ibuprofeno pertenece a los antiinflamatorios no esteroides (AINES) y actúa de forma sistémica. Esto significa que, además de reducir la inflamación localizada, impacta otras funciones corporales como la protección gástrica. Durante ejercicios intensos, este efecto puede intensificarse porque el flujo sanguíneo se concentra en los músculos activos.
El consumo frecuente de ibuprofeno antes o después de practicar actividad física puede provocar problemas gástricos, como úlceras, y complicaciones renales debido a alteraciones en el flujo sanguíneo. Además, su uso continuado podría disminuir la capacidad del organismo para producir colágeno, una proteína clave en la reparación de tejidos musculares, ligamentos y tendones.
“No se puede generalizar que el ibuprofeno sea bueno o malo”, afirmó Roig. La especialista enfatizó que cada caso debe analizarse individualmente, sopesando los riesgos y beneficios. Aun así, advirtió que el uso indiscriminado de este medicamento en el contexto deportivo podría ralentizar la recuperación natural del cuerpo.
Otro mito relacionado es la idea de que el ibuprofeno ayuda a aliviar las agujetas. Según Roig, estas molestias son resultado de microlesiones en las fibras musculares. El ibuprofeno, al inhibir la síntesis de colágeno, podría retrasar la regeneración de los tejidos. “La mejor opción es permitir que el cuerpo se recupere naturalmente en unos días”, añadió.
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En situaciones de dolor significativo que requieren alivio inmediato, Roig sugirió el uso puntual de paracetamol. Este analgésico no afecta la inflamación ni la producción de colágeno, pero debe administrarse bajo la orientación de un profesional de la salud.
La farmacéutica recordó que la automedicación puede ser peligrosa, especialmente en personas con condiciones preexistentes. “Siempre se debe consultar a un médico o farmacéutico para evaluar el tratamiento más adecuado”, concluyó.
Estas recomendaciones fueron expuestas durante la presentación de su libro Píldoras de emociones, donde aborda el bienestar físico y mental desde su experiencia profesional.
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