Los lentes son indispensables para que millones de personas alrededor del mundo puedan ver con claridad y desempeñar sus tareas habituales.
Sin embargo, mantenerlos óptimos puede ser un desafío, especialmente si se quiere cuidar el estado de los cristales o recubrimientos.
Antes de manipular los lentes será clave que las manos estén limpias para eliminar grasa, polvo o bacterias que puedan transferirse. Posteriormente, se deberán colocar los antejos bajo agua tibia para suprimir partículas.
Luego se avanzará con la aplicación de una gota de detergente líquido suave o jabón de manos diluido sobre los cristales hasta hacer una espuma (se recomienda hacerlo suavemente con los dedos).
Finalmente, se deberá recurrir al agua fría. Posteriormente, será turno de secar con microfibra limpia.
Limpiar los lentes correctamente puede extender su vida útil.
Aunque es una tarea muy simple, muchas personas no conocen los cuidados especiales que se deben tener con los lentes para poder limpiarlos. Algunas de las recomendaciones más destacadas son:
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A pesar de que es inevitable que los anteojos se puedan ensuciar por el uso continuo, existen diversas cosas que se pueden implementar para reducir la acumulación de suciedad al máximo.
Para evitar que se rompan, los anteojos se deben agarrar desde el marco.
Para poder hacer un limpiador de anteojos casero es necesario contar con una parte de vinagre blanco diluido en agua y cucharadita de bicarbonato de sodio por cada taza de líquido.