Nunca es fácil dar con un libro de los que te cambia la vida. Menos aún, cuando ya has disfrutado de todas las obras de tus autores de referencia. En busca y captura de una alternativa a Joël Dicker, mi camino se cruzó con Camilla Läckberg y Henrik Fexeus, una unión curiosa a la vez que altamente efectiva. Läckberg es una de las autoras suecas superventas del momento y Fexeus es mentalista. Sí, has leído bien, mentalista. Juntos han dado vida a la trilogía El Mentalista, cuya segunda entrega es La Secta. En este caso, nos enfrenamos a una novela que, pese a tener dos hermanos, se puede leer de forma independiente sin problema alguno. De hecho, no me he leído la primera parte, El Mentalista, y en ningún momento me he sentido fuera de juego con su continuación. Eso sí, debo de admitir que ya están en mi lista de deseos tanto el primer lanzamiento como el último, El Espejismo.
En mi desconocimiento absoluto, la portada de La Secta llamó mi atención en una librería. Con tan solo la imagen de portada, el título y el claim "solo tú puedes descifrar el juego", tuve más que suficiente para llevarme la novela a casa. En algunos casos, me gusta dejar a un lado la sinopsis e investigar poco sobre la novela que tengo entre manos, con el objetivo de no crear juicios previos ni de generar expectativas que puedan jugarme una pasada mala.
La agente Mina Dabiri y el mentalista Vincent Walder son los máximos protagonistas de un libro que resulta un desafío constante. Tras la desaparición de un niño en un parque infantil sueco, se ocasiona el caos en todo Estocolmo. Este caso, que tiene infinitas ramificaciones, guarda similitudes con una investigación anterior de trágico desenlace. Con este punto de partida, empieza un juego donde los mensajes en clave, los recuerdos del pasado y la particular relación de Mina y Vincent se sitúan en el eje de la acción.
Las 752 páginas de La Secta supusieron un reto para mí, ya que últimamente -de forma casual- he optado por libros más breves. Lejos de hacerse pesado y largo, los capítulos de este libro están perfectamente construidos, dado que son lo suficientemente cortos y lo suficientemente jugosos como para no parar de leer hasta que los ojos dicen basta. A título personal, soy de las que prefiere una novela extensa con muchos capítulos cortos, así la lectura me resulta más amena y puedo parar sin dejar un pasaje a medias. Además, me gusta llevarme el libro a todas partes y aprovechar cada instante en el tren o esperando a una amiga en una cafetería (algo que se puede percibir, a la perfección, por el estado del libro tras pasar por mis manos).
Sin lugar a dudas, La Secta es un thriller magnífico para los amantes del género policiaco que estén faltos de ideas. De hecho, pese a su larga extensión, considero que puede ser una novela genial para salir de un bloqueo lector. Sobre todo, por un motivo de peso: la historia es fácil de seguir aun cuando la complejidad de los hechos es elevada. Manta, sofá y La Secta. Si me preguntas, este es el mejor plan de un fin de semana otoñal.
'La mujer fugitiva', Alicia Giménez Bartlett. Precio: 18,90 euros en La Casa del Libro.
'El misterioso caso del impostor del Titanic', Carmen Posadas. Precio: 22,90 euros en 80 Mundos.
