En abril de 2016, Cuatro abría las puertas del r estaurante de citas de 'First Dates'. Casi 2.000 entregas después, un hito que celebrará el próximo lunes 11 de noviembre, el programa sigue congregando cada noche a una legión de fieles seguidores dispuestos a pasar un buen rato con los solteros y solteras que asisten en busca del amor. Aunque la tasa de éxitos de los celestinos del 'dating show' es notable, no siempre logran que surja la chispa. En otras, en cambia, hay tanta química entre los comensales que acaban olvidándose de dónde están. Es el caso de Amanda y Dani, dos jóvenes veinteañeros que subieron la temperatura del reservado a base de tórridos besos y derrochando pasión. Ella es diseñadora gráfica, deportista y amante del powerlifting, un deporte de fuerza. Probó suerte, según explicó durante su presentación, para encontrar un chico igual de deportista, «que se note que es disciplinado», y además, que llevara tatuajes. Dicho y hecho . Dani , su cita, era entrenador personal. «Tenía 86 kilos de grasa con 15 años y el deporte fue lo que me hizo darme cuenta que no fue un estilo que me gustase. Al fin y al cabo, gracias a él lo pude cambiar. Cambió mi físico y mi mente», se sinceró a su llegada. A primera vista, a la soltera le gustó bastante lo que presenció de su pretendiente. «Ostia, no me esperaba esto para bien. Me he quedado en shock», manifestaba ante las cámaras. El madrileño también se rindió a los encantos de Amanda en cuanto se enteró que era aficionada al levantamiento de potencia. Es más, declaraba que «me he enamorado, la verdad». «Es una disciplina que yo sigo mucho, que también alterno con mis entrenamientos... Es algo que me ha molado muchísimo», recalcaba. En cuestión de segundos ambos habían quedado prendados, y al ir conociéndose más a lo largo de la velada no hizo sino acrecentar el feeling: encontraron que compartían aficiones, tampoco les gusta salir de fiesta e incluso entrenan con la misma música. «Venía prácticamente sin expectativas de ningún tipo y no me imaginaba que fuese tan bien», comentaba una ilusionada Amanda . La conversación se fue caldeando, surgiendo el tema del sexo. Momento que Dani aprovechó para presumir de habilidades pues mira, «el sexo oral se me da muy bien; o eso me han dicho». Amanda , desveló que sus parejas la habían bautizado como 'Mamanda' por la misma razón. Después de semejantes confesiones, el programa los trasladó para que remataran la cita a la sala de intimidad del restaurante, donde después de realizar unas poses de fisicoculturismo se dieron el lote de lo lindo protagonizado uno de los besos más apasionados de la historia de 'First Dates '. La 'decisión final' era un puro trámite, los dos querían seguir conociéndose. Acuerdo que sellaron con otro gran beso.