Durante su campaña de 2024, Donald Trump ha presentado una promesa que ha captado la atención de miles de estudiantes universitarios extranjeros en Estados Unidos: facilitar el acceso a la green card. Esta propuesta, que marca un cambio significativo en su enfoque hacia la inmigración, sugiere crear un camino claro y accesible para que estudiantes de alto rendimiento académico puedan obtener la residencia permanente tras finalizar sus estudios en universidades estadounidenses.
La promesa responde a una estrategia de atraer y retener talento extranjero en áreas como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Sin embargo, esta propuesta también enfrenta retos y opiniones encontradas, considerando que durante su primer mandato, Trump adoptó políticas restrictivas en materia migratoria. Ahora, el exmandatario parece inclinado a ofrecer oportunidades a estudiantes que puedan aportar al crecimiento de la economía y la innovación en Estados Unidos.
Donald Trump ha planteado que los estudiantes extranjeros que completen estudios avanzados en universidades estadounidenses puedan optar directamente a una green card. Este planteamiento está diseñado para incentivar a jóvenes talentosos de todo el mundo a estudiar en Estados Unidos, con la garantía de que al terminar sus estudios tendrán una vía clara para residir en el país y contribuir a la economía.
La propuesta se centra principalmente en aquellos que completen programas en áreas STEM, que han demostrado ser sectores cruciales para el avance tecnológico y económico del país.
Actualmente, obtener la green card es un proceso complejo para los estudiantes internacionales, quienes deben recurrir a visados temporales como el H-1B para trabajar en Estados Unidos tras la culminación de sus estudios. Este visado es competitivo y limitado en número, lo que reduce las oportunidades para muchos graduados. Donald Trump considera que este sistema actual, al ser restrictivo, perjudica a Estados Unidos al perder talentos extranjeros que buscan alternativas en otros países donde las oportunidades de residencia y empleo son más accesibles.
La promesa de Trump, en este sentido, plantea eliminar esos obstáculos y facilitar que el talento formado en Estados Unidos permanezca en el país.
La posible implementación de esta medida tendría un impacto directo en el mercado laboral y en la economía de Estados Unidos. La retención de estudiantes extranjeros altamente capacitados en sectores clave como la tecnología, la ingeniería y las ciencias podría ayudar a cubrir la demanda de talento que muchas empresas buscan desesperadamente.
Un informe de la National Foundation for American Policy (NFAP) sugiere que las industrias de tecnología y salud enfrentan actualmente una escasez significativa de trabajadores cualificados, situación que se agravará en los próximos años si no se toman medidas.
Para Trump, esta política migratoria se traduciría en una ventaja competitiva para Estados Unidos, que busca consolidarse como un líder global en innovación. Al atraer y retener talento extranjero, el país podría fortalecerse en áreas de investigación y desarrollo que resultan fundamentales en un contexto de competencia global, especialmente en relación con países como China y la Unión Europea, que también implementan políticas para atraer profesionales extranjeros.
Sin embargo, no todos los sectores políticos ven la propuesta de la misma manera. Los detractores argumentan que esta medida podría generar una saturación del mercado laboral, afectando las oportunidades de los trabajadores estadounidenses en algunas industrias. Otros opinan que esta promesa podría crear falsas expectativas para los estudiantes extranjeros, pues la implementación de cualquier política migratoria depende de la aprobación del Congreso, donde las decisiones suelen dividirse entre posturas partidistas.
