La Iglesia católica, a través del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, lanzó una fuerte reflexión sobre las elecciones en los Estados Unidos que coronaron a Donald Trump como el próximo presidente.
En un evento en la Pontificia Universidad Gregoriana sobre Inteligencia Artificial (IA), el portavoz del papa Francisco optó por analizar los comicios de la potencia mundial e inició con un pedido: "Al inicio de su mandato, le deseamos mucha sabiduría porque esta es la principal virtud de los gobernantes según la Biblia".
El referente del Vaticano lanzó un primer anhelo respecto a la paz: "Esperemos que realmente acabe con las guerras. Ni siquiera él (Trump) tiene una varita mágica. Hace falta mucha humildad", comentó.
Parolin remarcó que el mandatario republicano electo deberá "trabajar para ser presidente de todo el país y para superar la polarización que se ha producido, que se ha sentido de manera muy clara en este tiempo".
La conferencia de prensa de Parolin tuvo distintos ejes que fueron desde los conflictos bélicos hasta las relaciones internacionales y la situación de los migrantes.
Al ser consultado sobre la frase de Trump quien señaló que "no empezará guerras, sino que las terminará", el mandatario del Vaticano se mostró escéptico y remarcó que "hace falta mucha humildad, mucha voluntad y buscar los intereses generales de la humanidad, en lugar de centrarse en intereses particulares" para acabar con los problemas armados.
El secretario de Estado manifestó su preocupación sobre la promesa republicana de la mayor deportación masiva de inmigrantes ilegales latinos de la historia.
"Nosotros estamos por una política sabia hacia los migrantes que no llegue a estos extremos. El papa Francisco dio indicaciones muy claras sobre esta cuestión. Creo que es la única manera de afrontar el problema y resolverlo de manera humana", apuntó en referencia a que la Santa Sede consideró "un pecado grave" no apoyar a los inmigrantes.
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Parolin remarcó que, pese a las diferencias, también hay puntos en común como "la defensa de la vida y la condena" a la interrupción voluntaria del embarazo. A su vez, también demandó "una política que busque unir consensos y no se convierta en una nueva división".
Por último, el referente eclesiástico señaló que los vínculos diplomáticos entre el Vaticano y Estados Unidos se mantendrán "como en el mandato anterior" de Trump a pesar de los "elementos que los diferencian".
Uno de los puntos de conflicto fue la situación de China y la aceptación de la Iglesia católica de obispos del país asiático. Sin embargo, el mandatario en Roma fue tajante: "Hemos renovado el acuerdo por cuatro años más y el diálogo continúa con un interés eclesial".