El trompazo de Kamala confirma que la moralina de la guitarra y la margarita no funciona . La progresía nos había presentado a una mujer revolucionaria, hija de un jamaicano y de una india —negra asiáticoestadounidense según la pompa oratoria de la 'red set'—, que iba a estudiar de niña en autobús a un barrio más rico y más blanco, funcionaria electa de mayor rango de la historia de los Estados Unidos, exfiscal general de California, vicepresidenta, casada por el rito judío, adalid de las políticas migratorias que puso en aprietos al fiscal Jeff Sessions preguntándole por sus reuniones con empresarios rusos, adversaria de los grandes mastodontes tecnológicos, blablablá. Pero la sustituta de Joe Biden, ese matusalén que los Demócratas...
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