Ha sido un tsunami republicano. Ni siquiera hubo opciones de verdad para Kamala Harris en los llamados estados decisivos. Donald Trump ganó lo que podía ganar, todo menos los grandes feudos demócratas, y aun en ellos aumentó los votos con respecto a hace cuatro años. Por ejemplo, Nueva York, el más demócrata de los estados demócratas, vio como Trump se imponía de forma inesperada en barrios de Queens y Brooklyn. Este miércoles comenzaron los reproches internos en la campaña demócrata y entre sus estrategas. Se lamentó en redes, platós y artículos de opinión que el país es machista, racista, que no está listo para una agenda progresista. Pero en realidad la respuesta es sencilla, es vieja, fue acuñada por el...
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