La palta es un alimento sumamente nutritivo, rico en grasas saludables, principalmente ácidos grasos monoinsaturados. Además, es una excelente fuente de fibra, vitaminas y minerales como el potasio y el magnesio.
Sin embargo, tiene una vida útil relativamente corta. Su piel puede cambiar rápidamente de color y la pulpa tiende a oxidarse, volviéndose marrón o negra. Esto se debe a su alto contenido de grasas y la exposición al aire, lo que provoca la descomposición.
Si se busca conservar una palta que está a punto de madurar, se recomienda cubrirla con una bolsa de plástico y sacarle todo el aire antes de cerrarla herméticamente. Una vez hecho esto, se deberá colocarla en la parte más fría de la heladera.
Sin embargo, la forma más efectiva de conservarla por más tiempo es congelándola. Para hacerlo, primero se debe extraer la pulpa y licuarla con un poco de limón para evitar la oxidación. Luego se debe verter la mezcla en un recipiente hermético y llevarla al freezer.
Este método permitirá que la fruta se conserve en perfecto estado durante aproximadamente cinco meses, sin perder sus propiedades nutricionales.
Una vez expuesta al aire, la pulpa de la palta es famosa por volverse marrón rápidamente. Aunque es perfectamente comestible, existen diversas formas para ralentizar el oscurecimiento después de cortar la palta:
La palta es un alimento lleno de nutrientes, lo que la convierte en un gran aliado para la salud. Su incorporación a la dieta diaria aporta los siguientes beneficios:
Además, esta fruta es una gran fuente de:
Según el sitio Natursan, 100 gramos de palta aportan los siguientes nutrientes:
Energía | 160 kilocalorías |
Hidratos de carbono | 8.53 gramos |
Proteínas | 2 gramos |
Grasas | 15 gramos |
Agua | 75 mlilitros |
La palta es una fruta muy versátil que puede incorporarse a diversas preparaciones. Su textura cremosa y sabor suave la convierten en un ingrediente ideal para las siguientes preparaciones: