Ojalá fuese verdad, o lo llegase a ser, que los dos grandes partidos han decidido rebajar la tensión en el debate sobre la tragedia valenciana . No lo es; se trata tan sólo de una relativa tregua táctica, un cambio de tono ante el ejemplo de los Reyes y la comprobación de que la brusquedad del enfrentamiento ha provocado una generalizada sacudida de desconfianza. Hay en torno al bochorno de la tardanza en la ayuda oficial tres corrientes de opinión ciudadana: la que culpa a la izquierda, la que culpa a la derecha y la que señala una responsabilidad transversal de todas las fuerzas e instituciones involucradas. Ésta última, cada vez más extendida, es también la más grave porque más...
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