Es el eterno binomio. Las joyas doradas y plateadas nos esperan en el cajón de accesorios dispuestas a elevar cualquier look. Son piezas atemporales que aportan elegancia y sofisticación a cualquier estilismo. Las joyas doradas, con su tono cálido y brillante, evocan lujo, y el plateado, esa sofisticación sutil. Tanto el oro como la plata tienen el poder de realzar la belleza natural. Su elección depende de la personalidad y el gusto de cada una. Y, aunque, la mejor opción siempre será la que más te guste, lo cierto es que nos va a favorecer más una u otra, dependiendo de nuestro matiz.
Conocer qué tonalidad de accesorios te va mejor según tu tipo de piel resulta fundamental para verte más favorecida. Y sí, unos pendientes pueden conseguir darte un extra de luminosidad y de guapo subido. Ahora la pregunta es, ¿cómo podemos saber qué color de joyas nos favorece más?
Ya lo hemos hablado en muchas ocasiones, lo importante no es tanto el color como el subtono. Seguro que has oído hablar alguna vez del matiz: frío, cálido o neutro. Esto condiciona mucho en el mundo de la belleza porque no solo nos va a decir qué tonalidad de pelo nos va a favorecer más, también los tonos de la ropa, los labiales, los tonos de uñas que mejor te sientan, o incluso, si nos queda mejor las joyas doradas o plateadas. Y es que, en este sentido, hablar de color no es lo correcto, sino de tonalidad, subtono o matiz.
Aunque existen estudios de color muy elaborados con expertos que nos van a ayudar a saber qué gama cromática nos favorece más, si queremos saber de forma rápida qué nos queda mejor, un truco es coger un rotulador verde y otro azul. Pintamos cerca de las venas de la zona interior de la muñeca, una raya con cada uno de los rotuladores. Si tus venas son más verdosas, tu piel es cálida; si son más azuladas, tu piel fría. A las pieles cálidas les sienta mejor el dorado; a las frías, el plateado.