Un trabajador del centro comercial Bonaire, en Aldaia, que quedó atrapado y pasó la noche en una sala de cine, advierte de que el aparcamiento subterráneo se convirtió en una trampa mortal, mientras los vecinos de Sedaví o La Torre afirman que los garajes de sus casas siguen inundados
El acta de la reunión de crisis entre Mazón y Marlaska: 1.900 personas denunciadas como desaparecidas en el 112
El número de víctimas mortales que ha dejado la DANA ya alcanza las 202 personas fallecidas, según ha confirmado el Cecopi (el Centro de Coordinación de Emergencias), mientras hay todavía 1.900 personas denunciadas como desaparecidas en el 112. Uno de los puntos críticos que aún no se ha abordado son los aparcamientos subterráneos, tanto de los centros comerciales como de supermercados o de los propios edificios de viviendas de las zonas afectadas, según ha comprobado in situ elDiario.es en la pedanía de La Torre y en Sedaví.
Eduardo Martínez, trabajador de Primark en el centro comercial Bonaire, en Aldaia, explica que el martes 29 de octubre, noche de la riada, le llegó un correo de la empresa en el que les daban la opción de irse a casa debido al episodio de lluvias y recuperar a cambio las horas en otro momento. Sin embargo, cuenta: “Como en otros días de lluvia no ha habido ningún problema y no informaron de nada más, no le dimos mayor importancia y seguimos trabajando; pero a las 8.10 horas desde el centro comercial avisaron de que teníamos que desalojar”-
En ese momento, Martínez se fue a buscar su coche, que estaba en el aparcamiento. Cuando llegó tenía el agua casi por la cintura, por lo que finalmente se subió al todoterreno de una compañera, que es más alto, y acabaron en un montículo donde aún no llegaba el agua. Cuando empezó a subir y les alcanzó, optaron por volver al centro comercial, ya con el agua sobrepasando la cintura: “Subimos a la planta de restauración y cines, la más alta, y allí nos quedamos con otras 300 o 400 personas. La chica de los cines consultó con sus jefes y nos abrieron dos salas para pasar la noche, nos dieron agua y manutención”.
En cuanto a la situación del aparcamiento subterráneo, explica que todo lo que hay debajo del edificio es parking y que, según le comentó un trabajador de seguridad del centro, cuando empezó a subir el nivel del agua pidió a los clientes que buscaran refugio en el centro y que no bajaran a por los coches, “pero muchos de ellos no le hicieron caso”. Y añade: “No se sabe cuánta gente puede haber, está todo el parking anegado y aún no han ido a achicar agua”.
El Ayuntamiento de Aldaia, donde está el punto de coordinación, ha solicitado maquinaria para la retirada de vehículos (grúa, fenwick, elevador, retroexcavadora), material de limpieza y voluntarios (si vienen de fuera, que no entren con los vehículos al centro).
En La Torre y Sedaví los propios residentes empezaron a eliminar el barro de los accesos a los patios de vivienda y a las rampas de los aparcamientos subterráneos, aún inundados. Mar Pons, vecina de Sedaví, estaba este viernes por la mañana ayudando a limpiar el bar de su hermano, ubicado en el bajo de un edificio. Junto al local está la entrada al aparcamiento del edificio de viviendas con los bomberos forestales achicando agua con una bomba. “El garaje está lleno de coches, no sabemos lo que se pueden encontrar. Ayer encontraron a una mujer fallecida debajo de un coche”, cuenta, y añade a continuación de forma desesperada que necesitan “ayuda, manos, que vengan soldados, que venga gente a ayudarnos, estamos solos en el pueblo, no tenemos nada, solo necesitamos ayuda, ayuda, que nos traigan palas para limpiar”.
Paco Casado, de 68 años y también de Sedaví, custodia el acceso al aparcamiento de su edificio, también completamente anegado: “Dejamos la puerta del aparcamiento abierta para que no colapsara y aquí pudo entrar de todo arrastrado por la riada, hasta que no vengan a vaciarlo no lo sabemos”.
Pablo Durán, vive en un tercer piso en un edificio de La Torre. Según cuenta, ha sido todo “un desastre total, hemos podido abrir el garaje hace 15 minutos porque estaba lleno de barro, el garaje puede tener capacidad para 20 vehículos, no sabemos lo que nos podemos encontrar” y asegura que “en cuestión de 40 segundos el agua ya empezó a subir por el bordillo y en 10 ó 15 minutos se habían llenado todos los garajes, sobre las 20.30 horas”.
Tal y como avanzó elDiario.es, el Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi) de la Generalitat Valenciana, epicentro institucional de la respuesta al desastre, maneja una cifra provisional de 1.900 desaparecidos, recogidos en el teléfono habilitado para las personas que intentan localizar familiares.