La selva del Darién, una de las regiones más peligrosas del mundo, se ha convertido en un corredor migratorio clave para millas de personas que buscan llegar a Estados Unidos. Ante el aumento de la migración en Panamá, el nuevo presidente, José Raúl Mulino, acaba de implementar medidas estrictas que incluyen la imposición de multas a quienes ingresan al país sin los documentos necesarios. Estas acciones responden a la crisis migratoria que ocasionó la llegada de más de 500.000 migrantes en el último año.
En este contexto, el gobierno panameño decidió adoptar un enfoque más riguroso para controlar el ingreso irregular a través del Darién. Las multas, que oscilan entre 1.000 y 5.000 dólares, son parte de una estrategia más amplia que busca desincentivar el cruce por esta selva, considerado un paso peligroso ya menudo mortal.
Las multas impuestas a migrantes irregulares son escaladas y dependen de la gravedad de la infracción. En primera instancia, la sanción será de US$1.000, y aumentará hasta US$5.000 para los casos más graves. Las autoridades han señalado que aquellos que no puedan pagar la multa no podrán salir de Panamá y serán deportados de inmediato. Sin embargo, se contempla que estas sanciones sean ajustadas para que sean accesibles debido a las condiciones vulnerables en las que se encuentran muchos migrantes.
El presidente Mulino ha subrayado la importancia de este enfoque, el cual "es fundamental mantener el control sobre la migración irregular para garantizar la seguridad en el país".
Además de las multas a migrantes, el gobierno de Panamá ha establecido un convenio con Estados Unidos para realizar vuelos humanitarios que repatrian a migrantes irregulares. Desde agosto de 2024, se realizaron al menos 23 vuelos, principalmente a Colombia y otros países, con el objetivo de ayudar a quienes desean regresar a sus naciones de origen. Sin embargo, este proceso se complica en el caso de los migrantes venezolanos, ya que Panamá rompió relaciones diplomáticas con este país tras acusación de fraude electoral.
Marlen Piñeiro, representante regional de Estados Unidos, afirma que exploran opciones para ofrecer vuelos a terceros países, lo que podría facilitar el regreso de migrantes venezolanos que actualmente no tienen una ruta clara de repatriación.