El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, denunció —este viernes 1 de noviembre— el rechazo de Israel a un alto el fuego con Hezbolá, luego de una serie de bombardeos en la periferia sur de Beirut. La situación se agrava con la destrucción de edificios y el aumento de la tensión en la región.
La agencia nacional de noticias libanesa (ANI) reportó al menos diez bombardeos en el sur de la capital, lo que ha llevado a un incremento de la violencia en la zona. Estos ataques se producen en un contexto de negociaciones fallidas entre Estados Unidos e Israel para alcanzar un alto el fuego en la Franja de Gaza, donde el ejército israelí combate a Hamás.
La situación humanitaria en Gaza se ha vuelto crítica, con un número alarmante de víctimas y la advertencia de la ONU sobre el riesgo inminente de muerte para la población. En este contexto, el primer ministro libanés expresó su preocupación por la prolongación de la agresión israelí y la falta de avances en las negociaciones de tregua.
Los bombardeos israelíes han dejado un saldo devastador en Beirut, con la destrucción de “decenas de edificios” y un ambiente de caos en el barrio de Kafaat, donde un edificio seguía ardiendo entre escombros. La presencia de milicianos de Hezbolá en la zona ha intensificado la tensión, mientras el ejército israelí afirma haber atacado objetivos del movimiento en varias localidades, como Nabatieh y Bint Jbeil.
Las autoridades libanesas han reportado al menos diez muertes en los ataques, lo que ha llevado a la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis Plasschaert, a advertir sobre el “gran peligro” que enfrentan ciudades como Baalbek y Tiro, ambas declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Los diplomáticos estadounidenses Amos Hochstein y Brett McGurk llegaron a Israel con la intención de buscar una solución al conflicto en Líbano y avanzar hacia un alto al fuego en Gaza. Sin embargo, la situación se complica con el rechazo de Israel a cualquier acuerdo que no garantice su seguridad. Según fuentes gubernamentales, el plan contempla la retirada de Hezbolá y del ejército israelí del sur de Líbano, lo que generaría un cambio significativo en el control de la región.
El conflicto ha dejado un saldo trágico, con más de 1.800 muertos en Líbano desde el inicio de los bombardeos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su profunda preocupación por los ataques a los servicios de salud en el país, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en la región.
