En las recientes elecciones presidenciales de Uruguay, el candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, obtuvo la mayor cantidad de votos en la primera vuelta, aunque no logró el 50% más uno necesario para evitar el balotaje. Orsi, quien tiene el respaldo de la izquierda, capturó el 43.9% de los votos, mientras que Álvaro Delgado, candidato del oficialista Partido Nacional y exsecretario de la Presidencia, alcanzó el 26.7%.
La segunda vuelta electoral, programada para el 24 de noviembre, enfrentará a Orsi y Delgado en un contexto político marcado por la lucha entre ideologías de izquierda y derecha. Delgado, que busca mantener la continuidad del gobierno de centroderecha liderado por Luis Lacalle Pou, se perfila como el defensor de las políticas actuales en seguridad y economía, mientras que Orsi propone una política progresista y de mayor equidad social.
"Vamos en estos 27 días por ese último esfuerzo con más ganas que nunca", instó Orsi la noche del domingo ante miles de votantes. "Falta poco, ¡triunfaremos!", agregó, tras llamar a la unidad de los uruguayos y subrayar que el Frente Amplio fue la fuerza más votada.
Las últimas encuestas antes de la primera vuelta en Uruguay mostraban a Yamandú Orsi, del Frente Amplio, como el principal favorito, seguido por Álvaro Delgado, del Partido Nacional, y los resultados oficiales coincidieron con estas predicciones. Diversos sondeos, como los de Equipos Consultores y Opción, indicaban que Orsi lideraba la intención de voto con cerca del 44%, mientras Delgado obtenía alrededor del 26%, confirmando la tendencia.
Según los análisis previos, Orsi se beneficiaba de su relación con el expresidente José Mujica y de su posición como exintendente de Canelones, mientras Delgado contaba con el respaldo del actual presidente, Luis Lacalle Pou, y de su desempeño en seguridad y economía. La sintonía entre los resultados electorales y las encuestas confirma la cercanía de estos sondeos, que anticiparon con exactitud el enfrentamiento directo entre Orsi y Delgado.
