Por sobre otros discursos del presidente Javier Milei, el del cierre del 60° Coloquio de IDEA en la tarde del viernes en Mar del Plata fue el que mayores líneas tiró hacia el sector privado en los 11 meses de mandato.
Recibió una ovación de aprobación al cierre de su extenso discurso de una hora veinte minutos, que por momento agobió a los mil empresarios que se agolparon en los salones del Hotel Sheraton.
Esta no fue la excepción de los discursos en los que reseñó la herencia inflacionaria, los riesgos de híper superados, la gesta de los colosos Toto Caputo, Federico Sturzenegger y sin nombrarlo, Santiago Bausili; la sorpresa propia por la caída de la inflación y la actuación de Sandra Pettovello para eliminar el gerenciamiento de los planes sociales y de la doctora Patricia Bullrich para eliminar los piquetes.
Para entendidos, repuso méritos en el desarme de los planes sociales y de los piqueteros al exministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, a quien eyectó en una de las primeras rondas de internas luego de la conformación original del gabinete.
Pero el auditorio empresario no celebró a libro cerrado. El tenor de los aplausos sobre todo se concentró cuando Milei exaltó las desregulaciones que encaró Sturzenegger, quien había expuesto apenas una hora antes.
Milei recorrió lo que considera que es la hoja de ruta del crecimiento de la economía para convertir a la Argentina "en una potencia mundial en serio en 35 o 40 años".
Pero el auditorio venía ya de un muy esperado discurso de Luis Caputo el miércoles en el arranque del Coloquio que resultó cargado de ataques al kirchnerismo y de una convocatoria política a la adhesión.
Pero a pesar de que Milei explicó cómo su intervención personal en el diseño del RIGI buscaba preservar la "ecuación económico financiera del proyecto que presenten los privados", de subrayar que lo que pretende el Gobierno es sobre todo aplanar la cancha para que "ustedes puedan ser los ganadores, que puedan generar riqueza", los empresarios oscilan entre la admiración y ciertas dudas.
Hay brechas que todavía no terminan de cerrarles a los industriales. Por ejemplo, Carolina Castro, de Industrias Guidi exvicepresidenta de la UIA, que precedió junto con Nicolás Braun (La Anónima) y Roberto Murchinson (Murchinson) un panel acerca del futuro de desarrollo.
Castro, que habló después de la exposición desreguladora de Sturzenegger, proclamó "estoy de acuerdo con un Estado más chico, pero no en que recortar todo; el Estado tiene un rol principal que es garantizar la estabilidad macroeconómica, pero en este mundo tiene que encabezar una estrategia con las industrias para la inserción en un mundo con políticas industriales y más proteccionistas". "Existe un rol importante para el Estado", recalcó la industrial.
La autopartista explicó que su empresa está integrada mayormente con Toyota y comentó cómo después de un fuerte descenso de actividad ahora tiene un repunte producción.
Lo que trazó Milei fue una serie de señales sobre todo de estabilidad financiera para las empresas y del modo en que concibe la inserción de las empresas en el crecimiento de la Argentina.
En la polem position, el equilibrio fiscal, de modo de reducir la inflación y mejorar la tasa de riesgo para obtener financiamiento.
También se explayó en las oportunidades de crecimiento nominal: "Yo quiero ser como Irlanda, que tiene un ingreso per cápita superior al de los EE.UU.", proclamó.
En su teoría del Desarrollo, sostuvo que los países menos desarrollados tienen chances de crecer más. "¿Saben por qué?", desafió. "Porque los desarrollados ya inventaron todo, y lo que los chicos tienen que hacer es copiarlo", planteó. "Si la rueda ya está inventada, hay que tomarla solamente", señaló.
Los enemigos: los "econochantas mandriles", entre los que tácitamente ubicó a Carlos Melconian, a quien aludió en tres ocasiones, por no haber confiado en el programa económico.
La definición: para los analistas que ubican la enorme capacidad pragmática del Gobierno, les regaló una confirmación. "No es negociable ninguna de las partes básicas de mi programa", señaló. A renglón seguido, mencionó la inflación y el equilibrio fiscal.
El tipo de cambio: Milei aventó toda chance de una devaluación del peso, y con ello todas las críticas acerca de un retraso del tipo de cambio. "Estamos trabajando para que la oferta y la demanda de pesos y dólares se empalmen, así que no es un problema para nosotros el tipo de cambio", remarcó.
"Con lo que está sucediendo en el sector oil & gas, y probablemente la moneda vaya a estar más apreciada", advirtió. "Hay ya espacio para colocaciones de empresas abajo de 8% y las de Pampa, al 5,75%, prepárense para una oleada de dólares".
Malas noticias para aquellos que no la ven.
