En América Latina, varios países enfrentan serias dificultades con sus sistemas de pensiones, ya sea por su falta de sostenibilidad o la baja cobertura que ofrecen a sus ciudadanos. Mientras que Argentina ha sido históricamente catalogado como el país con el peor sistema de pensiones en la región, hay otro país que, aunque no ha sido tan mencionado, se posiciona como el segundo peor en este ámbito.
Esta clasificación se basa en el Índice Global de Pensiones Mercer CFA Institute (MCGPI), que evalúa tres factores principales: adecuación, sostenibilidad e integridad. A continuación, se analizan los factores que llevaron a este país a ocupar esta preocupante posición.
El país que ocupa el segundo lugar en esta clasificación es Perú, según el Índice Global de Pensiones Mercer CFA Institute (MCGPI). El sistema de pensiones peruano se encuentra en una posición crítica, solo superado por Argentina en cuanto a su baja sostenibilidad y cobertura. Entre los principales problemas que enfrenta Perú se encuentra la falta de sostenibilidad en su sistema, agravada por decisiones recientes como los retiros anticipados de los fondos previsionales, que han debilitado el sistema privado de pensiones.
Además, la cobertura del sistema es limitada, especialmente en el caso de los trabajadores independientes e informales. Aunque el gobierno ha implementado algunas reformas con el objetivo de aumentar el acceso al sistema de pensiones, los resultados aún no son significativos. La preocupación principal es que el fondo acumulado no es suficiente para cubrir las pensiones de las generaciones futuras, lo que pone en riesgo la viabilidad del sistema a largo plazo.
A nivel regional, el sistema de pensiones de Perú está muy por detrás de otros países de América Latina. Uruguay y Chile, por ejemplo, han desarrollado sistemas previsionales más sólidos y sostenibles. Incluso México, que también enfrentaba dificultades, ha logrado mejorar su calificación en el índice internacional gracias a las reformas que amplían la cobertura y aseguran la sostenibilidad del sistema.
En el caso de Perú, a pesar de que se han aprobado reformas para mejorar el sistema, estas no han tenido el impacto esperado en la evaluación del índice. Mientras otros países avanzan en la mejora de sus sistemas previsionales, Perú enfrenta el desafío de implementar reformas más profundas y efectivas. Aunque los cambios recientes buscan asegurar una mayor protección para los jubilados, el tiempo será clave para evaluar si estas medidas realmente lograrán estabilizar el sistema.
La crisis del sistema de pensiones en Perú tiene graves implicaciones para los actuales y futuros jubilados. En primer lugar, la falta de sostenibilidad del sistema podría generar dificultades para cubrir los pagos de pensiones a largo plazo. Esto significa que las personas que se encuentran cerca de la edad de jubilación podrían enfrentar dificultades para recibir sus beneficios completos.
Otro de los problemas críticos es la baja cobertura del sistema. Muchos trabajadores informales no están afiliados a ningún sistema previsional, lo que significa que no tendrán acceso a una pensión en su vejez. Aunque la reciente reforma busca mejorar esta situación, es fundamental que se implementen más cambios estructurales que garanticen la inclusión de estos trabajadores en el sistema de pensiones. De lo contrario, una gran parte de la población peruana se verá en una situación de vulnerabilidad económica al llegar a la edad de jubilación.
