El capitulo final en la historia de Genaro García Luna empezó con un leve movimiento de cabeza del ex jefe policíaco. Se le vio entero, pero cabizbajo, probablemente por las estrictas condiciones de reclusión. Su semblante rígido comenzó a cambiar en cuanto avanzaba la audiencia . ‘Yo no cometí esos delitos’, fueron las primeras palabras que García Luna enunció en su juicio.
Hasta este 16 de octubre, el superpolicía se había limitado a expresarse a través de la pluma, pero esta vez se jugaría sus últimas cartas y pediría con voz entre cortada: ‘Desde lo más profundo de mis sentimientos, le pido que me permita volver con mi familia’.
Para el juez Brian Cogan, las súplicas del ex funcionario no serían suficientes. Seguro y brutal, Cogan, quien condenó a Joaquín El Chapo Guzmán, sentenció a García Luna a 38 años de prisión. El juez castigó al superpolicía por la doble vida que aseguró que tenía. ‘Usted tiene la misma matonería que El Chapo, sólo que la manifiesta de forma diferente’, aseveró Brian Cogan.
El caso de Genaro García Luna ha sido uno de los juicios más mediáticos en los últimos cinco años. El procesado, de 56 años, fue detenido el 10 de diciembre de 2019 en Dallas, Texas (Estados Unidos). Su arresto por demás inesperado, ocurrió en un país que lo consideró un aliado en la guerra contra el narcotráfico.
Antes de ser trasladado a Nueva York, el zar antidrogas fue recluido en una cárcel de Texas, en un lugar reservado para los reos más peligrosos e indisciplinados. El 2 de enero de 2020, tras las fiestas decembrinas, García Luna fue llevado al Centro Metropolitano de Brooklyn, donde meses antes se encontraba Joaquín El Chapo Guzmán, sentenciado a cadena perpetua.
