Enviado Especial a Neuchatel, Suiza
A pesar de vivir durante años de la venta de cigarrillos, la multinacional Philip Morris quiere que sus consumidores dejen de fumar ¿Atenta contra su propio negocio? No tanto. En realidad, la dueña de Massalin en la Argentina, desea que sus clientes compren los dispositivos alternativos que ofrece la empresa, que contienen nicotina y tabaco, pero según estudios científicos, con los que cuenta la compañía, al ser calentados y no quemados, son menos dañinos para la salud.
El problema que tiene Philip Morris en la Argentina es que los consumidores de cigarrillos, que suman cerca de 7 millones en el país (en el mundo son 1000 millones), no cuentan todavía con la posibilidad de comprar dispositivos alternativos como el IQOS, un producto que es furor en el planeta pero que en el país está prohibido, y que básicamente reemplaza al cigarrillo. El IQOS es un dispositivo electrónico del tamaño de una birome, al cual se le introduce una unidad de tabaco, una suerte de "cigarrillo más pequeño", y que en lugar de quemarse se calienta. Al calentarse no tiene efecto de combustión y por lo tanto ese procedimiento es menos dañino para la salud, según asegura la empresa amparándose en datos de investigación científica.
A finales del año pasado, los productos libre de humo representaban casi el 40% de los ingresos netos totales y las ganancias brutas de PMI.
"Los países que prohíben los productos alternativos simplemente están obligando a los consumidores a seguir fumando cigarrillos. Hay evidencia científica de que los productos alternativos son menos dañinos", dice un ofuscado Jacek Olczak, CEO de Philip Morris Internacional (PMI), en el Technovation 2024, realizado la semana pasada en Neuchatel, Suiza, y organizando por la propia empresa.
Desde 2008, PMI invirtió más de u$s 12.500 millones en el desarrollo, la fundamentación científica, la fabricación, la comercialización y la innovación continua de productos libres de humo.
Más enfocado en la Argentina, Tommaso Di Giovanni, vicepresidente internacional de Comunicaciones de PMI, asegura que en "la Argentina se está condenando a fumar", porque considera que hoy la alternativa al cigarrillo, es el cigarrillo. Sin embargo, Di Giovanni tiene una esperanza en que el gobierno de Javier Milei termine permitiendo el ingreso del IQOS. "Hoy está prohibido, pero siempre que hay un cambio (de Gobierno), en el país que sea, ese cambio es una oportunidad", asegura el ejecutivo italiano.
Por su parte, también en diálogo con medios argentinos entre los que se encontraba El Cronista, el vicepresidente senior de Asuntos Externos de Philip Morris, Christos Harpantidis, aseguró que "no importa quién gobierne, el problema es que la Argentina se está perdiendo una oportunidad, porque está prohibiendo absolutamente todo lo que son los nuevos dispositivos, incluyendo el vapeo electrónico, pero sí permite seguir fumando que es más dañino para la salud". "La verdad, no entiendo por qué están haciendo eso", concluye el ejecutivo.
Lo que no dijeron los ejecutivos de PMI, pero que está en juego, es que la Argentina está a punto de perder una inversión millonaria. Esa inversión estaba definida pero se trabó por una normativa del Ministerio de Salud realizada durante el gobierno de Alberto Fernández que prohibió el ingreso y la comercialización de los dispositivos libres de humo. La llegada de la inversión también se había trabado durante el gobierno de Mauricio Macri, donde además, PMI decidió cerrar la fábrica que tenía en Goya, Corrientes, porque su idea era comenzar a producir las unidades de tabaco que lleva el IQOS en reemplazo de los cigarrillos tradicionales. Ahora la inversión tambalea porque el tiempo pasa y hay otros países de la región que permiten la comercialización del IQOS y que PMI observa para definir tal inversión.