A saber si la portavoz del PSOE se sentiría capaz de mantenerle un pulso a un o una portavoz del PP espetándose mutuamente sus escándalos de corrupción. Apuesten a que no. Y no sólo por la dificultad evidente de la señora Peña para leer de corrido, siquiera como una chavala de cuarto de la ESO. Basta la teoría de la disuasión formulada en la carrera nuclear: por no destruirse mutuamente. Mientras ella leyese Gürtel, Púnica, Erial, novio de Ayuso, Neverland, Kitchen, Tándem, Correa, Lezo, Novo Cartago, Eólicas… desde el otro lado del ring le irían replicando Filesa, ERE, Roldán, Flick, Uniformes, Mariano Rubio, Ibercorp, Eivissa Crea, Faffe, Pokemon, Asesores, Marismas, Mercasevilla, Delcy, Tito Berni, Mascarillas, y así hasta la trama...
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